viernes, 6 de diciembre de 2013

¿EN QUÉ CONSISTE SABER UNA LENGUA?


 


· En otro lugar, nos hemos ocupado ya de describir cómo se aprenden las lenguas. Hoy, nos proponemos responder a otras preguntas complementarias: ¿En qué consiste saber una o varias lengua(s)? ¿Qué grado de competencia hay que alcanzar en cada una de ellas, para poder afirmar que son dominadas y se conocen? En las respuestas dadas a estas preguntas, reina una gran confusión y un enorme desvarío. En efecto, en Cataluña, cuando de comprensión-expresión oral y escrita se trata, los miembros de la casta política, los “todólogos” o “tolosas” (esos que disertan sobre todo, sin saber de nada) e incluso una buena parte de los profesionales de la enseñanza hablan o escriben, como dicen en Almagarinos (pueblo del Bierzo Alto), al sabor de la boca, i.e. sin ton ni son y sin conocimiento de causa. Por eso, acudamos a la sociolingüística  y a la lingüística, para tener una respuesta fundamentada, razonada, motivada, objetiva y sistémica.

· El sociolingüista Basil Berstein, progenitor de la teoría de los dos códigos”, distingue dos grados diferentes en el dominio de una lengua. Por un lado, está el “código restringido”: la lengua de las clases trabajadorasdesfavorecidas económica, social y culturalmente— que permite la comunicación coloquial, en situaciones no formales, y que conduce, más frecuentemente, al fracaso escolar. Y, por el otro, el “código elaborado”: la lengua utilizada por las clases medias, favorecidas desde el punto de vista económico, social y cultural; la lengua de las situaciones formales de comunicación; la lengua vehicular en la escuela y que conduce, normalmente o más frecuentemente, al éxito escolar.

· Según B. Berstein, para desenvolverse con eficacia, en cualquier situación de comunicación, oral o escrita, y para fundamentar el éxito escolar, profesional y social, no es suficiente con el “código restringido” (la lengua coloquial y cotidiana). Por eso, la adquisición del “código elaborado” es, al mismo tiempo, el objetivo que se debe conseguir en la escuela y, al mismo tiempo, el instrumento para alcanzarlo. Esta última aseveración conclusiva pone en entredicho la marginación de la que es objeto el español como lengua vehicular en la escuela catalana.
 
· Ahora bien, ¿en qué consiste el “código elaborado”? ¿Qué permite hacer este código? Aquí reina también una gran confusión, un desconocimiento, una ignorancia y una desinformación generalizados. En efecto, la casta política y sindical, los “todólogos”, gran parte de los profesores y el ciudadano de a pie suelen confundir la “competencia lingüística” (Noam Chomsky) con la “competencia comunicativa” (Dell H. Hymes).

· Según el padre de la gramática generativa y transformacional (GGT), la “competencia lingüística” es la capacidad de un locutor para producir y comprender un número infinito de frases. Y con su teoría gramatical, Chomsky ha pretendido precisamente describir esta competencia. Ahora bien, dominar el “código elaborado” o poseer una “competencia comunicativa” es mucho, mucho,… muchísimo más que esa capacidad de construir frases o de no hacer faltas de ortografía, como piensan muchos indocumentados.

· El “código elaborado” de Berstein puede ser asimilado a la “competencia comunicativa” de Hymes. En base a estas dos nociones y tanto para uno como para el otro, un locutor domina una lengua cuando es capaz de producir y comprender un número infinito de textos, en situaciones de comunicación diversificadas; es decir, si es capaz de dominar las habilidades (skills) para comunicar oralmente (comprender y expresarse) y por escrito (leer y redactar). Ahora bien, para ser capaz de hacer esto, no es suficiente la “competencia lingüística” (capacidad de construir y descodificar frases). Es necesario poseer, además, una “competencia textual o discursiva”, que nos permita construir y descodificar textos.

· En efecto, basta con que pensemos en nuestros comportamientos lingüísticos para verificar que, normalmente, producimos o descodificamos textos (conjuntos estructurados o series coherentes  de frases). Sin embarg0, esta  capacidad, tanto en catalán como en español, de producir textos estructurados y coherentes, y de descodificarlos, no suele ser objeto, en general, de enseñanza-aprendizaje en el sistema educativo de Cataluña. Por eso, es lógico que, generalmente, no la dominen los jóvenes que llegan a la universidad, como lo constatamos aquellos que trabajamos en la enseñanza superior; y, en muchos casos, me atrevo a decir que tampoco la dominan cuando terminan los estudios universitarios.

· Además, la “competencia comunicativa” en una lengua es mucho más que utilizar un sistema lingüístico para producir y descodificar textos. A esta competencia hay que añadir lo que Umberto Eco llama la “competencia enciclopédica” o lo que, en didactología de las lenguas y de las culturas, los didactólogos denominamos “competencia cultural”: la adquisición de la cultura —en sentido amplio: costumbres, historia, cine, teatro, literatura, política, economía, música, gastronomía, arte, etc. — del pueblo cuya lengua se aprende. Sólo así, a los auténticos locutores bilingües o multilingües no se les podrá aplicar lo que dice J.L. Borges, en El Aleph, del anticuario londinense, Joseph Cartaphilus, que “se manejaba con fluidez e ignorancia en diversas lenguas”.

· Las constataciones empíricas y lo que dicen las ciencias (lingüística, sociolingüística y didactología) están a mil años luz de lo que pontifican, sin fundamento y sin ruborizarse, esos charlatanes de mercadillo de la casta política y los “todólogos” de servicio catalanes. Todos estos legos, cegados por la fe nacionalista y alejados de las preocupaciones pedagógicas, se dedican a propalar y a repetir —como un mantra y sin venir a cuento—un rosario de mentiras sobre las bondades de la “inmersión precoz y total y sobre los peligros que traería consigo el equiparar el catalán y el español como lenguas vehiculares de la enseñanza en Cataluña. Y la casa, sin barrer: los jóvenes catalanes no llegan, en general, a adquirir la “competencia comunicativa” o el “código elaborado”, tanto en catalán como en español. Y los informes PISA o de la OCDE están ahí para recordarnos que permanecen instalados en la mediocridad.

· En efecto, poniéndose los principios psicopedagógicos por montera, todos estos ignaros consideran un ataque y una agresión que el español tenga, con el catalán, el estatus de lengua vehicular en el sistema educativo de Cataluña. Además, entrando en contradicción con la realidad, repiten hasta la saciedad que el español no está marginado en el sistema educativo catalán. Y vuelven a mentir cuando aseveran que el modelo de escuela catalana contribuye a la cohesión social y garantiza que los alumnos conozcan bien las dos lenguas. ¡Craso error!

· Lo dicho sobre la casta política y los “todólogos” podría decirse también de los profesionales de la enseñanza (profesores de todos los niveles educativos), que han dado y dan muestra de una ignorancia supina sobre lo que es dominar una lengua y sobre lo que hay que enseñar-aprender para conseguirlo. Y esto se ve, cada año, cuando nuevas hornadas de jóvenes llegan a la universidad, cada vez “más incapacitados para la expresión y el raciocinio” (Víctor García de la Concha dixit, hablando de los nuevos universitarios españoles). En general, ni saben leer, ni saben redactar, ni saben reflexionar, ni tienen “une tête bien pleine ni bien faite”, como hubiera dicho Michel de Montaigne. Es decir, no dominan los conocimientos instrumentales básicos e imprescindibles (i.e. la competencia comunicativa) para sacar provecho de los estudios universitarios y ser, en el futuro, hombres y mujeres, como diría Karlos Arguiñano, “con fundamento”.

Coda: « Je ne demande pas à être approuvé, mais à être examiné et, si l’on me condamne, qu’on m’éclaire » (Ch. Nodier).

© Manuel I. Cabezas González
Publicado en Diálogo Libre, Periodista Digital, La Tribuna del País Vasco, Bottup y Crónica Popular.
30 de noviembre de 2013


martes, 19 de noviembre de 2013

DEL CONTACTO DE LENGUAS





· En la literatura sobre el contacto de lenguas o las lenguas en contacto, se utiliza el término “bilingüismo” para referirse al empleo de dos lenguas por un mismo individuo (v.g., muchos de los ciudadanos de Cataluña) o en el seno de una misma comunidad humana (por ejemplo, español y catalán, en Cataluña). Sin embargo, no es nada excepcional, ni raro, que el empleo de varias lenguas concierna a más de dos. Para referirse a esta situación, los lingüistas utilizamos distintas denominaciones: “políglota”, “poliglosia” (que etimológicamente designan la misma realidad) y otros términos. Ahora bien, a partir del vocablo latino “bilingüismo”, el lingüista André Martinet  homogeneiza la terminología y distingue, según el número de lenguas implicadas, “monolingüismo”, “bilingüismo”, trilingüismo”, “cuadrilingüismo”, “plurilingüismo” y “multilingüismo”.

· Hasta principios de los 70, el contacto entre lenguas fue considerado un fenómeno marginal. Y, por lo tanto, no fue objeto de estudio de las ciencias especializadas como la sociología, la psicología y la lingüística (Miquel Siguán). Por otro lado, para los profanos, el contacto de lenguas era un fenómeno excepcional o incluso anormal y malo, que sólo concernía a algunos países en el mundo o a algunos individuos en determinadas comunidades humanas. Este punto de vista podría tener su fundamento en el mito de la Torre de Babel, según el cual la diversidad lingüística es un castigo divino y, por lo tanto, profundamente mala.

· Ahora bien, lejos de ser un fenómeno excepcional, marginal, anormal y malo, el contacto de lenguas es, más bien, algo general, normal, enriquecedor y positivo, y concierne, en realidad, a la mayoría de la población del planeta. Prácticamente no hay país, ni en Europa ni en el resto del mundo, donde se hable sólo una lengua. Además, a causa de las frecuentes migraciones humanas, nuevas lenguas forman parte del paisaje multilingüístico de los países desarrollados. Por otro lado, como consecuencia del aprendizaje escolar (Manuel Cabezas), son cada vez más numerosos los locutores capaces de comunicar en varias lenguas, dependiendo de las situaciones de comunicación en las que interactúan (familia, trabajo, ocio, viajes, vacaciones, etc.).

· Por eso, en un mundo cada vez más globalizado, las situaciones y los individuos multilingües aumentan sin cesar. Y lo que resultará singular, sorprendente, marginal, excepcional y anormal, incluso ya hoy, es que alguien sea monolingüe. Por lo tanto, se podría afirmar que, en el futuro, el multilingüismo no será la excepción sino, más bien, la regla. Y aquellos locutores que no sean multilingües serán los neoanalfabetos del siglo XXI.

· Lo que acabamos de exponer no son juicios de valor. Son, más bien, datos incontestables y verificables. Sin embargo, todo esto y la dinámica imparable del contacto de lenguas, contrasta con la gestión de la política lingüística implantada en el sistema educativo de las CC.AA. españolas con dos lenguas oficiales; y, en particular, en el de Cataluña. En todas ellas, se ha pasado de un monolingüismo en español, que caracterizó la época franquista, a un bilingüismo progresivo “lengua autóctona-español”, fruto de la Transición, que presagiaba un oasis lingüístico en España.

· Ahora bien, con la política de “inmersión lingüística precoz y total”, implantada principalmente en Cataluña por los sucesivos gobiernos de la Generalitat, se está pretendiendo volver, si no se ha llegado ya, a un monolingüismo de signo contrario (sólo el catalán y todo en catalán). Y, con esta política de marginación del español, se ha conseguido eliminarlo no sólo de las situaciones más formales de comunicación (administración autonómica, enseñanza, justicia, sanidad, medios de comunicación de la Generalitat, etc.), sino de la paleta de competencias lingüísticas de los niños-adolescentes-jóvenes de Cataluña. Y esto transformará a los ciudadanos de Cataluña en los neoanalfabetos lingüísticos de España (cf. ci-dessus).  Como tituló y tildó ABC, el 12 de septiembre de 1993, en primera página y bajo una foto a toda plana de Jordi Pujol: “Igual que Franco pero al revés: persecución del castellano en Cataluña”.

· Fruto de una venganza provinciana y mezquina contra la lengua común de todos los españoles, esta vuelta atrás es la consecuencia del triunfo de “lo políticamente correcto”, representado  por las tesis de la asociación Omnium Cultural. Desde su fundación en 1961, esta asociación siempre ha defendido, únicamente con argumentos políticos y nacionalistas, una escuela sólo en catalán, desde el primer día de clase y para todos los alumnos, sea cual sea la lengua materna o propia de cada alumno. Es lo que se ha denominado la “normalización radical por inmersión precoz y total”.

· Ahora bien, esta victoria de la política del “café catalán  para todos” se forjó sobre el desprecio y la derrota de “lo psicopedagógicamente correcto”, defendido por la Associació de Mestres Rosa Sensat y por el psicopedagogo Miquel Siguán, que impulsó y dirigió, en los años 70, en el ICE de la Universidad de Barcelona, una investigación-acción sobre “la posibilidad y la eficacia de una enseñanza bilingüe”. Las propuestas de Rosa Sensat y de Miquel Siguán fueron coincidentes y marcaron la primera política lingüística de la Generalitat, que puede ser tildada de “normalización flexible, racional y razonable” del sistema educativo de Cataluña.

· En efecto, según Rosa Sensat y Miquel Siguán, en Cataluña, se debería impartir una enseñanza de y en las lenguas oficiales (catalán y español). Sin embargo, ponen el acento en la necesidad imperativa de que las primeras enseñanzas sean aseguradas en la lengua materna o propia del alumno, para introducirle progresivamente en la otra lengua. Y, en caso de que, en una misma zona, hubiera escuelas con distintos modelos lingüísticos, se debería respetar la opción lingüística elegida por los padres. El objetivo final y prioritario debería ser, según ellos, el “bilingüismo equilibrado” español/catalán, que suma, que enriquece, que es positivo y que debería ser lo normal y lógico en el caso de lenguas en contacto y con estatus de lenguas oficiales. Poner puertas al campo, como ha intentado e intenta la Generalitat, es remar “contra los elementos”, “contra natura”, contra la lógica, contra el sentido común y contra las aportaciones de la ciencias constituidas (la lingüística, la sociológica y la psicología).

Coda: « Je ne demande pas à être approuvé, mais à être examiné et, si l’on me condamne, qu’on m’éclaire » (Ch. Nodier).

© Manuel I. Cabezas González
Publicado en Diálogo Libre, La Tribuna del País Vasco, Fundación Por la Libertad, El Bierzo Digital y Crónica Popular.
19 de noviembre de 2013

viernes, 1 de noviembre de 2013

“CONCEJO ABIERTO” EN ALMAGARINOS


Los del teso el Argatón in memoriam



· En Almagarinos, como en otros 1.234 pedanías (entidades locales menores) de León, está en vigor, por el momento, la institución milenaria  del “concejo abierto”, que hunde sus raíces en la Alta Edad Media. Para los historiadores y también para los hijos del común, que hemos vivido esta institución, el “concejo abierto” es la materialización de la genuina y natural democracia clásica (aquella que se practicaba en el ágora griega), del autogobierno de los propios vecinos del puebl0 y de la autogestión democrática de los recursos comunales. Así, como Monsieur Jourdinqui  disait de la prose depuis longtemps, sans le savoir”, en las Juntas Vecinales, al no generar ningún coste ni deuda, se practicaba ya la “sostenibilidad”, sin saberlo los vecinos de las pedanías y antes de que se creara la palabra para designarla.

· En las pedanías, cuando se “tocaba o se toca a concejo”, con un repique especial de una de las campanas de la iglesia, todos los vecinos acudían y acuden al lugar habitual para informarse, para debatir y para tomar decisiones, por mayoría de votos, sobre diferentes aspectos de la vida vecinal. De esta forma se decidían y se deciden la gestión y el aprovechamiento de los recursos comunales (prados, bosques, montes, molinos eólicos, huertos solares, minas a cielo abierto, cotos de caza, etc.), así como las labores de mantenimiento de presas, acequias, caminos, cañadas, etc. Para llevar a cabo estas labores se tocaba a “facendera”, también con un repique especial de una de las campanas de la iglesia, y los vecinos se reunían en el lugar de costumbre, desde donde partían para ejecutar los trabajos planificados de antemano en un “concejo abierto”. Por cierto, el uso y el papel de las campanas de la iglesia lleva el agua al molino de ese refrán leonés que las desacraliza y que reza así: “las campanas y el pendón, del pueblo son”.

· Esta forma de gestionar las cosas del común, que se fundamenta en la solidaridad, en la colaboración mutua, en la democracia directa y participativa, en el trabajo en equipo y en la sinergia de toda la comunidad vecinal, está en peligro de pasar a mejor vida, si el proyecto Montoro (“Proyecto de Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local”) se llega a adoptar. En efecto, con este proyecto de ley, se quieren eliminar las Juntas Vecinales o Pedanías, que no tienen deudas, y, al hacerlo, se van a expoliar sus recursos y su patrimonio para cederlos a las Diputaciones o los ayuntamientos, que sí tienen muchas, muchas, muchas… deudas. Por eso, desde mediados de 2012, han surgido plataformas, asociaciones y movimientos para hacer frente a las pretensiones del ministro Montoro: ese anti-Robin Hood, que quiere robar  a las hormigas hacendosas, ahorradoras y previsoras (las Juntas Vecinales) para dárselo a las cigarras que han despilfarrado los recursos propios de ayer, de hoy y de mañana (los Ayuntamientos y las Diputaciones).

· Esto es la teoría y, según los historiadores, así han funcionado las pedanías a lo largo de la historia y en el pasado reciente. En efecto, los nacidos en Almagarinos y que tenemos alrededor de 60 años, guardamos en nuestras retinas aquellos concejos abiertos que tenían lugar, bajo el frondoso y vigoroso nogal de mi tío Luis Cabezas Riesco, en la confluencia de las calles El Miradero, La Caleyina y La Fuente. Arrimado al tronco del nogal, como un San Luis bajo un roble impartiendo justicia, el alcalde pedáneo de turno informaba a los parroquianos de las noticias llegadas de la capital o del ayuntamiento (Diputación de León y Ayuntamiento de Igüeña) o presentaba algún proyecto para ser debatido y votado. Todo se desarrollaba con orden, con educación y con respeto. Se respetaba la palabra del que hablaba, se le escuchaba y se aplicaban la cortesía y las buenas maneras, virtudes que caracterizaron siempre a “los del teso el Argatón”.

· Ahora bien, harina de otro costal es cómo se desarrollan los concejos abiertos hoy, en 2013.  Ya no son lo que eran. El nogal de mi tío Luis Cabezas ya pasó a mejor vida y, en su lugar, ha florecido el hormigón, expuesto al implacable sol estival. El repique de campana ha sido sustituido por una convocatoria escrita, crucificada en dos tablones de anuncios. El espacio público al aire libre ha sido reemplazado por un recinto cerrado, inconfortable e incapaz de contener cómodamente a todos los asistentes. Y, en el desarrollo de los concejos abiertos,  el comportamiento de algunos vecinos, deja mucho que desear y es censurable bajo todos los puntos de vista.

· A principios del mes de agosto de 2013, asistí a un concejo abierto en Almagarinos, convocado con un único orden del día: preparar las fiestas de verano, que se celebrarían una semana más tarde. Fue vergonzoso y degradante el espectáculo dado por algunos vecinos, que mearon directamente fuera del tiesto y que parecen tener el cerebro en los puños. En efecto, abierto e iniciado el concejo por el pedáneo Toribio Cancillo, empezaron los gritos, los insultos, las intimidaciones verbales y no verbales, proferidas por algunos vecinos que no tienen ni repajolera idea de educación, de democracia ni de buenas maneras. Y estos despropósitos, como dijo Diógenesdeshonran a quien las  infiere, no a quien las recibe”. Hubo incluso intentos de agresión física hacia la persona del pedáneo. Y no se llegó a las manos, ese comportamiento de villanos, gracias a los buenos oficios de algunos presentes, curtidos en bonhomía, en buenas maneras y en prácticas democráticas. Restablecido el orden, los bravucones insultadores y malhablados tomaron las de Villadiego y las aguas volvieron al concejo abierto, en el que se pudo abordar el orden del día y preparar las fiestas, que fueron todo un éxito de organización y de participación, a pesar del boicot de los “protestantes” insolidarios, maleducados y sin causa.

· Las pedanías y los concejos abiertos están en peligro, tanto por el proyecto Montoro como por las divisiones-enfrentamientos entre vecinos y los comportamientos incívicos y antidemocráticos de ciertos lugareños. Por eso, si queremos seguir disfrutando de la democracia directa y participativa de los concejos abiertos, del autogobierno y de la autogestión de nuestros recursos comunales, los vecinos de las pedanías debemos mantenernos unidos. La división es el preludio de la derrota; “divide y vencerás” era el  lema de los romanos, que utilizaron para vencer y doblegar a todos los pueblos de Europa. Además no olvidemos aquel proverbio chino que reza así: “Hebra sola no hace cuerda y árbol solo no hace selva”. Volvamos al pasado reciente de nuestros mayores, en el que vivimos, siendo niños, los que ahora estamos en la edad madura y recuperemos los valores, el “savoir-faire” y el “savoir-être” de los del teso el Argatón. Mucho nos jugamos en el envite. Hagamos todos propósito de enmienda y sigamos este consejo que, hace unos meses, leí en un relato sufí: “Si hemos nacido con dos ojos, dos orejas y una lengua, deberíamos ver y oír dos veces antes de hablar” en el concejo abierto o en cualquier otro lugar.

© Manuel I. Cabezas González
Publicado en Diálogo Libre, Periódico El Buscador, Crónica Popular, Red de Blogs Comprometidos, País Llionés, La Tribuna del País Vasco, Cerdanyola Info, Web del Ayuntamiento de Igüeña, Bottup y Bierzo Digital.
30 de septiembre de 2013