· En uno de sus relatos,
Juan Varela cuenta la broma que un
grupo de estudiantes gastaron al despistado tío Cándido. Un día, cuando volvía
de su olivar, seguido por su burro asido por el ronzal, un estudiante ocupó el
lugar del burro mientras que sus compañeros desaparecieron con el pollino.
Cuando el tío Cándido se dio cuenta del cambio, liberó al estudiante, al que
creyó víctima de un encantamiento. Algún tiempo después, fue a la feria a
mercar un nuevo jumento. Un gitano le ofreció uno y cual fue su sorpresa al ver
que el burro que se le ofrecía era el mismo que se había transformado en
estudiante. Entonces, acercándose a él, le dijo al oído: “Quien no te conozca que te compre”.
· He traído a
colación este relato de Juan Varela porque se puede establecer un paralelismo o
analogía con ese otro “burro” de la
política española: el camaleónico o veleta o bipolar de C’s que se hace llamar Albert Rivera. Este personaje es un alumno aventajado de Groucho
Marx, aquel que, en una de sus películas, decía aquello de “estos son mis principios. Si no le gustan, tengo
otros”.
·
Desde los inicios de C’s, Albert
Rivera y sus muchachos no han dejado de contradecirse para, luego, tener que rectificar
y cambiar sus principios. Han superado incluso a Zapatero y, por eso, se les puede aplicar lo que tan certeramente dijo
Felipe González sobre este último: «Rectificar es de sabios y hacerlo todos los
días es de necios». Además, se les podría decir también a los de C’s que
sólo aciertan cuando rectifican. Miremos el espejo de la hemeroteca, para pasar
revista sólo a algunos de sus maltrechos y cambiantes principios o
contradicciones o incoherencias.
· Desde el inicio de su vida política pública, allá
por el 2006, el líder de C’s se ha hecho llamar Albert Rivera. Pero hete aquí
que, en el Registro Civil, su nombre de pila es Alberto Carlos. ¿Por qué la catalanización y la amputación de su
nombre de pila? ¿Acaso se debe a un complejo de inferioridad de charnego, sin
pedigrí y con pretensiones “montillanescas”?
¿O acaso se debe al deseo de diluirse e integrarse entre los catalanes de la “ceba”, como sucedía con los “cristianos nuevos” en nuestra historia
pretérita? Nombrar es dar vida e imprimir carácter. El cambiar el nombre es
avergonzarse de sus raíces, es querer camuflarse como el pulpo o el camaleón.
Es un comportamiento de cobardes y oportunistas. Pero hay todavía más.
· En la primera campaña, con la que C’s se puso de largo, 89.840
votantes mordieron el anzuelo de la foto de Alberto Carlos Rivera, en pelota picada, y de unas frases
programáticas y motivadoras: “No nos
importa dónde naciste. No nos importa la lengua que hablas. No nos importa qué
ropa vistes. Nos importas tú”. Frases resumidas en el eslogan: “Sólo nos importan las personas”. Además,
se repitió insistentemente que los candidatos de C’s no eran profesionales de
la política, sino profesionales que se iban a dedicar, durante un tiempo, a la
política. Con este doble anzuelo, C’s consiguió pescar tres diputados: A. C. Rivera, J. Domingo y A. Robles. Ahora
bien, “illico”, se desencadenaron las
hostilidades entre ellos, olvidándose de las personas, para conseguir ser el macho
alfa de C’s. Por cierto, Rivera lleva 13 años regentando la grey de C’s y no
tiene visos de querer volver a su actividad profesional previa, si es que la
tuvo alguna vez. Además, sólo le importa él y los fieles servidores de su
guardia pretoriana.
· Rivera y sus muchachos, según el momento y
el lugar, negaron o no el pan y la sal, unas veces, al PSOE; otras, al PP. Y, a
pesar de que afirmen que jamás pactarán nada con el partido de extrema derecha
VOX, no tuvieron empacho en recibir financiación (varios millones de euros) del
partido de extrema derecha Libertas
e ir de la mano con ellos, en 2009, en las listas al Parlamento Europeo. «Cuando se
pone sobre la mesa esa cantidad de dinero te lo planteas. Es uno de los
parámetros que hemos tenido en cuenta», Rivera dixit. También han
descartado futuros acuerdos con el partido de Sánchez y con el de Abascal. Dentro
de unas semanas, veremos cómo cambian de opinión. Vender los principios por un
plato de lentejas (unos millones de euros) no es coherente ni sensato y sólo se
explica por el deseo patológico de llegar al poder por el poder. Y esto
corrobora que la coherencia tampoco es moneda de curso legal en C’s.
· Los de C’s mienten también sobre la edad del partido, tildándolo de
partido joven, cuando ya va para los 14 años, y sobre su líder, Rivera, que
tampoco es un líder reciente: a los 13 años al mando de C’s, desde su
fundación, hay que sumar sus años en las Juventudes del PP. Y lo curioso es que
no parece que él y su guardia pretoriana se vean afectados por la limitación de
mandatos. Da la impresión que han echado raíces y que no han llegado a la
política comidos y comiendo, sino para poder comer.
· Haz lo que
digo, pero no hagas lo que hago, podría responder Rivera, cuando alguien
critique el sistema de primarias de C’s. Para cualquier pacto poselectoral,
Rivera anunció que exigirá que los partidos hayan seleccionado a sus electos
por el sistema de primarias. Ahora bien, se trata de una exigencia que no se
impuso él mismo en las elecciones de 2013 ni tampoco en las del 28A. En efecto,
en muchas circunscripciones, la designación digital fue la regla para poner en
cabeza de lista a personajes mediáticos y populares, que aseguren una buena
cosecha de votos.
·
Por el plato de lentejas de Libertas (varios millones de euros), C’s
pasó de ser un partido de centro-izquierda a uno de centro-derecha,
traicionando y prostituyendo, para más inri, tres principios básicos de C’s: el
antinacionalismo, el regeneracionismo y sus propósitos renovadores. Ante este
nuevo giro de veleta, un dirigente de C’s declaró: «estamos aquí por la ambición de un
niño con cara bonita, sin ideología ninguna y capaz de casarse con quien le
garantice poder y una portada».
·
Y si hablamos de transparencia y de respeto-aplicación de los
estatutos de C’s, tanto una cosa como la otra brillan por su ausencia. Por un
lado, en varios ejercicios fiscales, las cuentas de C’s han sido presentadas de
forma extemporánea o no lo fueron, para ser auditadas por el Tribunal de
Cuentas. Además, el que suscribe, como muchos otros militantes, fue expulsado
testicularmente de C’s, sin seguir el protocolo estatutario. Motivo: exigir precisamente
transparencia y respeto a las reglas de juego de los estatutos del partido.
· Entre otros
motivos, C’s nació para defender los derechos lingüísticos de los ciudadanos de
Cataluña. Durante 13 años, no se ha conseguido nada, excepto que el español
haya podido utilizarse en el Parlamento de Cataluña por los diputados de C’s.
Pobre o, más bien, decepcionante resultado. Ante la pretensión de los
nacionalistas catalanes de utilizar el catalán en el Congreso de los Diputados,
Rivera manifestó que “sería poco práctico”
y “ridículo” ir con el “pinganillo” en el hemiciclo. Sin embrago,
algún tiempo después, Rivera se contradecía al defender, en una radio, que las
lenguas oficiales estuvieran presentes en el Congreso.
·
En 2015, se produjo otra metedura de pata de Rivera, de la que tuvo
que desdecirse. Según él, la regeneración de España “sería bueno que la encabezara gente nacida en democracia y sin las
mochilas de la corrupción política”. Según esta descabellada propuesta, no
estarían legitimados para este proyecto los mayores de 38 años: por lo tanto, ni
él, que tiene 40 años, ni el 79% de los miembros de Comité Ejecutivo de C’s, ni
los cabeza de lista de todas las elecciones. Además, con los fichajes estrella y
el trasvase a C’s de militantes de otros partidos, muchos de ellos llegan con
mochilas cargadas de malas praxis y con un pobre bagaje intelectual y, sobre
todo, moral y ético. Muchos de estos fichajes se han estrellado ya contra la
“prueba del algodón” y han salido rana.
· Estos son
sólo algunos de los sinsentidos, de las contradicciones que jalonan el ideario
y la praxis de C’s y de su responsable máximo, Alberto Carlos Rivera. Estos mensajes contradictorios de C’s no
hacen peligrar seriamente nuestra ignorancia de votantes, más bien la
fortifican. Por eso, como el tío Cándido a su burro, le digo alto, claro y desde la “honestidad
radical”: “Rivera, el que no te conozca que te vote”.
© Manuel I. Cabezas González
Publicado también en Diario 16, InfoHispania, Enelreionodeloslelos.com, Catalunya Press, Periodista Digital, Contrainformación, Multiforo.eu, El Confidencial Digital, Bierzo Diario, Red de Blogs Comprometidos y Liberdades.
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de abril de 2019