viernes, 8 de octubre de 2021

Camposanto encementado

 

                                                Camposanto encementado de Almagarinos (Bierzo Alto)

Con lo que se denominó “el milagro económico español” (1959-1974), los españoles empezamos a entrar en la sociedad de consumo y tuvimos acceso a productos nuevos y desconocidos para nosotros. Entre éstos, la formica, símbolo y manifestación de una economía doméstica saneada y moderna. Por eso, mucha gente de los pueblos reemplazó las robustas mesas de roble o de castaño por las enclenques de formica con patas metálicas o las recubrieron de este nuevo material. Lo mismo sucedió, por citar otro ejemplo, con las fachadas de piedra de las casas, que fueron revocadas y pintadas para esconder la humilde y austera piedra, símbolo de rusticidad y de pobreza. Todo para dar una imagen de modernidad y de holgura económica. Hoy pasa lo contrario: se han recuperado los muebles de madera y se están desvistiendo las fachadas para poner en valor tanto la madera como la piedra. Estos cambios demuestran, como dijo el diseñador de interiores, el belga Axel Vervoordt, que “nada pasa de moda tan rápido como la moda”.

He traído a colación estos comportamientos provocados por el “milagro económico español” para referirme a algo muy similar, que ha acaecido, este verano, en el camposanto o cementerio de Almagarinos (pedanía del ayuntamiento de Igüeña, Bierzo Alto), sito en el teso el Argatón.

A primeros de agosto de este 2021, una compañía eléctrica hizo obras en Almagarinos. Y como le sobró hormigón, la autoridad municipal competente tuvo la nefasta idea de echar o, más bien, tirar el mortero sobrante en el camposanto o cementerio, convirtiendo una parte del mismo en un “camposanto encementado” (cf. mensaje icónico “ci-dessus”). Ahora bien, este hecho merece ser glosado, aunque sólo sea someramente.

Por un lado, el resultado del precitado encementado es muy peligroso, por su rugosidad, para las personas mayores: como suelen arrastrar los pies al deambular, las caídas estarán aseguradas cuando vayan a visitar los nichos de sus fenecidos seres queridos. Y, aviso para navegantes, la festividad de Todos los Santos y la visita obligada y consuetudinaria a nuestros seres queridos, que pasaron a mejor vida (?), están a la vuelta de la esquina.

Por otro lado, estética y ecológicamente, el encementado es un auténtico despropósito y un crimen de lesa estética y naturaleza. Es como la formica o el revocado de las paredes, que esconden lo que es natural: la madera y la piedra. Y, en el caso que nos ocupa, el encementado oculta nuestra madre tierra que, más tarde o más temprano, nos recibirá inexorablemente a todos en su seno, cerrando así el ciclo del que se habla en el Génesis (3,19): “quia pulvis es et in pulverem reverteris” (“Pues polvo eres y al polvo volverás").

Lo sucedido en el camposanto de Almagarinos denota que el promotor y responsable municipal de tan descabellada idea y de tan desaguisada acción ha creído y cree que el término “cementerio” está relacionado con “cemento” y que un buen cementerio es un cementerio encementado. Y no es así. Etimológicamente, “cementerio” procede del latín “coemeterĭum” y éste, a su vez, del griego “κοιμητριον” (“koimētrion”), que significa “dormitorio”. De ahí que el término “cementerio” sea definido por la RAE como el “terreno, generalmente cercado, destinado a enterrar cadáveres” para que encuentren el descanso y el sueño eternos.

Este “encementamiento” de parte del camposanto no es algo nuevo en Almagarinos. Llueve sobre mojado. Da la impresión de que los gestores municipales piensan y creen que la modernización del pueblo está en consonancia con la siembra de hormigón, la ausencia de una política de plantación de árboles nuevos y el talado de árboles en el casco urbano (varios nogales centenarios han sido cercenados en los últimos 40 años; entre ellos el que cobijaba, bajo su amplio ramaje, la celebración de los tradicionales concejos abiertos), para alejarlo de lo rústico y acercarlo a lo urbanita. ¡Craso error!

¡Cuidadín! No se trata de no urbanizar Almagarinos (y podríamos decir lo mismo de muchos otros pueblos de la “España vaciada y vacía”) sino de hacerlo, con cabeza y en su justa medida, sin destruir o degradar el “locus amoenus”: el ecosistema rural, natural y alejado, como hubiera dicho Fray Luis de León, del mundanal ruido; “locus amoenus” tan deseado y buscado, cada vez más, por los urbanitas. En efecto, el “locus amoenus”, junto al “beatus ille”, el “carpe diem” y el “tempus fugit” denotan algunas de las aspiraciones y valores de la Roma clásica y, en general, del ser humano a lo largo de la historia; y, cómo no, también del hombre de principios del siglo XXI. Todos estos tópicos literarios, como escribí en otro lugar, van en la misma dirección y nos invitan a no dejar para mañana lo que podamos gozar hoy (“carpe diem”), en un contexto agradable e idílico (“locus amoenus”), alejado del mundanal ruido (“beatus ille”), ya que el paso del tiempo (“tempus fugit”) nos conduce rápido e inevitablemente al dormitorio (i.e. “cementerio), donde encontraremos el reposo y el sueño eterno.

Con elencementamiento” de una parte del camposanto de Almagarinos, los responsables municipales han hecho un pan con unas tortas. Han intentado poner puertas al campo, que es una aberración ecológica, estética y funcional, que repugna al sentido común. En vez del hormigonado, se podría haber respetado el césped natural y autóctono, que crecía ante los nichos, o se podría haber echado una simple capa de grava o gravilla o arena; además, se podría haber plantado un arriate de flores y unos árboles que dieran sombra; y se podrían haber instalado unos bancos, como vi, hace años, en el cementerio de Cluj-Napoca (Rumanía). Todo esto (y no el “encementamiento” del camposanto) haría más segura, confortable, reposada, agradable y placentera la visita a nuestros queridos antepasados del teso el Argatón que, como dijo alguien, están muy vivos ya que la muerte sólo llega con el olvido.

Ante los hechos narrados, los de la casta política de alta cuna o de baja cama deberían ver, oír y reflexionar dos veces no sólo antes de hacer propuestas y de tomar decisiones sino, también y sobre todo, antes de ejecutarlas. Tomar decisiones y llevarlas a cabo, “porque yo lo valgo”, como reza el eslogan publicitario de L’Oréal, no es de recibo cuando existe la institución del concejo abierto, que propicia y permite el ejercicio de la democracia directa. Así, no se dejaría para mañana lo que se debe hacer bien hoy  y los responsables municipales no quedarían colgados de la brocha de sus flagrantes poli-incompetencias.

© 2021-Manuel I. Cabezas González

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7 de octubre de 2021

31 comentarios:

  1. Veo que tiene buena difusión, así que mi comentario de apoyo al contenido de esta entrada del blog será modesta. Pero aquí la tiene. Cordiales saludos.

    amadorgarciacarrasco.wordpress.com

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  2. Sobre el cementerio encementado y el nogal centenario.
    En cuanto al nogal: Queremos ir a coger la bombona de butano a la Plaza, uno de los muchos ejemplos, porque el camiøn del butano no puede girar a causa del nogal? Nogal o progreso, esta es la cuestión.
    En cuanto al cementerio encementado: Yo, en lugar de una parte, encementarįa todo el cementerio, para evitar yerbajos y caminar sobre plano.

    Pero esta es mi humilde opinión, una opinión entre mil

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    1. Estimado Doni:

      · Después de leer tu anónimo punto de vista, iba a responderte (como suelo hacer en estos casos con aquellos que tiran la piedra lingüística y esconden el nombre, parapetándose tras el burladero gallináceo del anonimato) con el lógico y descriptivo “Estimado ANÓNIMO (sin nombre), DESCARADO (sin cara) y DESALMADO (sin alma, que se manifiesta en el rostro). Pero, como dos minutos después, te quitaste el burka, he cambiado este saludo por el sincero “Estimado Doni”. Precisado esto, entremos en materia o, como decimos en Cataluña y en catalán, “anem per feina” (vayamos al grano).

      · En tu “feedback” abordas dos cuestiones a las que me referí en el texto ”Campo santo encementado” (cf. ci-dessus): “el nogal” (con artículo determinado singular) y “el cementerio encementado”. Por eso, voy a centrarme en ello.

      a) Sobre “el nogal” y “el progreso”

      · En relación con lo que dices “del nogal” quiero puntualizarte dos cosas. Por un lado, en mi texto, no hablo del nogal” (de un nogal determinado y en singular) sino de “nogales centenarios” (en plural y, por extensión, de otros árboles), que han sido decapitados a lo largo de los años, en aras de la modernidad mal entendida y de la adoración de ese moderno becerro de oro que es, para muchos, el “hormigón”. Lo del camión del butano y lo de tener que “pujar” por la bombona de 13,4Kg. —porque el camión no podría girar en la confluencia de las calles el Miradero, la Fuente y la Caleyina— son pseudoargumentos, típicos de los malos perdedores. Te informo, por si no lo sabes, que los vehículos de servicios (butano, basura, panadero, etc.), ni antes ni ahora, giran en la plaza donde estaba el nogal de mi tío Luis. Van a dar la vuelta a la plaza de la Iglesia (el del butano, el del panadero) o sube de culo desde la escuela (el de la basura).

      · Por otro lado, presentas la disyuntiva “Nogal o progreso, esta es la cuestión”, que denota tu equivocada concepción del “progreso”. Según planteas la cuestión, para ti, hay una disyuntiva entre el respeto y el cuidado de la naturaleza (“nogal”) y el sembrado de hormigón (“progreso”). Y te decantas por el “progreso” mal entendido (“esta es la cuestión”): el hormigonado del pueblo y pasar por la guillotina todo vestigio de naturaleza vegetal. “On n’arrête pas le progrès”, se suele repetir tradicional y machaconamente en Francia, para indicar que el progreso es inevitable y, además, algo positivo, bueno y beneficioso para los ciudadanos. A lo largo de la historia, el progreso ha sido constante en todos los campos; y, por otro lado, en el siglo XX, se ha producido a un ritmo muy rápido. Ahora bien, ¿el progreso es realmente y siempre progreso o es, más bien, un retroceso o una regresión en algunos o en muchos campos?, se preguntan muchos científicos, muchos ecologistas y me preguntaba yo en un texto titulado “El Lector-Mariposa” (https://honrad.blogspot.com/2013/06/el-lector-mariposa.html). En este texto ponía en entredicho, utilizando argumentos, lo que muchos entienden por progreso. Te invito a que reflexiones sobre ello y a que leas o releas el texto precitado.

      Manuel I. Cabezas
      15 de octubre de 2021

      .../... Sigue "infra"

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    2. .../... Coninúa

      b) Sobre el cementerio encementado

      · Por tus propias palabras veo que eres del partido de los “encementadores” y, por lo tanto, de los “liquidadores” de la tierra y de nuestra madre naturaleza. Y, como en el caso de los nogales, das unos pseudoargumentos, que yo calificaría de pata de banco. Mira, el cementerio es ya plano y no hace falta nivelarlo. Además, como puede leerse en las Sagradas Escrituras, “de todo hay en la viña del señor” (Isaías 5:1-7.) y basta con separar (Mateo 3:12) el grano (el césped natural) de la paja (los “yerbajos”, de los hablas tú, que deben ser rasurados periódicamente).

      · Por otro lado, el “cementerio” es denominado también “campo santo”. El campo, sin calificativos, es tierra y vegetación diversa y, como dice la sabiduría popular, no se pueden poner puertas al campo. De igual modo, es antinatural, antiecológico y antiestético el encementar el campo, en general, y ese lugar denominado con el nombre y el apellido de “campo santo”. Doni, creo que te has dejado arrastrar por la pasión y no por la razón.

      Post scriptum

      · Por cierto, el contenido de tu “feedback” y tu sintaxis dejan mucho que desear. Yo sé que tú sabes y que puedes tener comercio lingüístico respetando las convenciones lingüísticas codificadas y la metodología dialéctica.

      · Me da la impresión de que el hecho de beber los vientos por los gestores municipales y la ciega pasión que tienes por ellos te han hecho actuar deprisa y corriendo, sin tomarte el tiempo de rumiar tanto lo que ibas a decir como el cómo lo ibas a decir. Las prisas nunca han sido buenas compañeras o consejeras cuando uno actúa aplicando las reglas de la “calidad total”, que implica ver, oír y reflexionar dos veces o más, antes de hablar, de escribir o de hacer cualquier cosa, si queremos hacerlas bien de una vez y la primera vez.

      · Pontificar u opinar sin argumentar es fácil, pero sirve de poco o no sirve de nada. Ahora bien, “argumentar” es ofrecer razones, esgrimiendo argumentos. De esto depende el efectivo diálogo y la imprescindible y vital comunicación.
      Como hubiera dicho Felipe González, sin acritud, un abrazo.

      Manuel I. Cabezas
      15 de octubre de 2021

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  3. Quién suscribe el precedente comentario soy yo, Doni.

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  4. Estimado Lolo:

    Creía que una persona de tu nivel era capaz de captar la ironía de mi comentario, un comentario sobre un tema de poca entidad, al menos para mí, que para muchos entraría en la categoría de “chorrada”. Por lo tanto, no es menester argumentar de forma tan prolija. Si un servidor ante un juez, para defender una causa, le presentara una demanda tan recargada, con tanto latinajo, me mandaría al carajo.
    No obstante, a pesar de ello, tengo que reconocer que tienes recursos lingüísticos y que te expresas razonablemente bien, aunque quizás deberías utilizar tu sapiencia para escribir con un poco más de sencillez, una de las características de los buenos escritores.
    Aprovecho para decirte que los trapos sucios se lavan en casa. No es bueno difundir una mala imagen de nuestro pueblo fuera de nuestro entorno. ¿Qué dirías de un político que habla mal de su país en el extranjero? ¿Es correcto?
    No voy a seguir incidiendo en el “encementado” ni en los nogales, ya que son temas que no creo que den pie para abrir una causa general contra el hormigón y contra los enemigos de la madre naturaleza. Tampoco voy a pontificar, como haces tú, pues parece que quien te lleva la contraria es que está equivocado o que no respeta las reglas lingüísticas. Tampoco voy a usar los términos de casta política de alta cuna o de baja cama, incluyendo en los mismos a todo político viviente. No voy a ser tan simplón. La gente inteligente matiza, no generaliza.
    Pero de lo que sí voy a hablar a continuación es de otro tema de hace muchos años, que me remueve las entrañas y que a veces hace que me exceda en mis comentarios, pues la bilis, como la lava del volcán, busca una salida. Vaya por delante que no me mueve el ánimo de ofender, ni mucho menos; lo que me mueve es una necesidad imperiosa de hacer esta confesión pública para liberarme del tormento, y ahora encuentro la ocasión.

    “Llueve sobre mojado”, frase que utilizas de pasada en este artículo, me trae a la mente otro artículo con ese título, que publicaste tiempo atrás. En él yo colaboré y di mi opinión jurídica sobre los concejos abiertos y sobre la rendición de cuentas de los alcaldes pedáneos. En ese artículo se hacía referencia a un concejo abierto celebrado en Almagarinos y, en referencia a la oposición, representada en aquellos momentos por Pepe Muiña, se decía textualmente que “no fueron de recibo los intentos de agresión física hacia la persona del pedáneo, el Sr. Toribio Cancillo”, cuando no fue así. Nadie intentó agredir a Toribio, y de ello fuimos todos testigos. Por eso, ya que yo figuro en ese artículo, pido desde este foro disculpas a Pepe Muiña, porque no se dijo la verdad. Nos podemos equivocar, pero no mentir. Esa sí que es la cuestión.
    Hasta el día de hoy he llevado sobre mis espaldas esa pesada losa. Sabía que tenía que pedir disculpas, porque nunca es tarde para disculparse, y no encontraba el momento. Y pido disculpas porque creo que es de estricta justicia. Y lo hago públicamente, porque públicamente se publicó la falsedad. Y lo hago ante mi pueblo, porque no quiero defraudar a mi pueblo. Y lo hago porque no puedo vivir con remordimientos. Cierto que yo no escribí el artículo, pero figuraba en el mismo como colaborador, por lo que asumo mi responsabilidad indirecta.

    Dicho esto, ya puedo vivir más tranquilo, y con esa tranquilidad podemos hablar ahora del “encementado” del camposanto y de los nogales de Almagarinos.

    Un abrazo.

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    1. Doni:

      Ésta es la última vez que me pongo en comunicación pública (subrayo este sintagma) contigo. Y esto, por dos razones:

      1.- Tu incoherente reacción a mi respuesta. Mezclas churras con merinas, yéndote por los cerros de Úbeda e instalándote, figuradamente, en la comarca vecina del Bierzo Alto, Babia. Por eso, podría decirse que estás en Babia.

      · En efecto, en nuestro comercio lingüístico, la cuestión en litigio concernía el encementado del camposanto y el respeto-cuidado de la naturaleza en el casco urbano de Almagarinos (cf. primera parte de tu misiva, de la línea 1 a la 22).

      · Ahora bien, en la segunda parte (a partir de la línea 23), cambias de tercio, meas fuera del tiesto y empiezas a desbarrar, hablando de algo, sucedido en 2013 (https://honrad.blogspot.com/2013/11/concejo-abierto-en-almagarinos.html). Y te dedicas a entonar tu “mea culpa” y a hacer confesión pública de un gravísimo pecado que cometiste en 2014 (https://honrad.blogspot.com/2014/07/llueve-sobre-mojado-en-almagarinos.html) y que, desde entonces, te ha atormentado y no te ha dejado dormir.

      · En esta fecha, según tus propias palabras, fuiste un cobarde al no defender a Pepe Muiña ante los hechos narrados por el que suscribe sobre su “comportamiento degradante y vergonzoso” en un concejo abierto. Y, además, cuestionas y afirmas que es falso, como escribí en su día, que, “abierto e iniciado el concejo por el pedáneo Toribio Cancillo, empezaron los gritos, los insultos, las intimidaciones verbales y no verbales, proferidas por algunos vecinos (entre ellos, Pepe Muiña), que no tienen ni repajolera idea de educación, de democracia ni de buenas maneras. […] Y no se llegó a las manos, ese comportamiento de villanos, gracias a los buenos oficios de algunos presentes, curtidos en bonhomía, en buenas maneras y en prácticas democráticas”.

      · Los que asistieron a aquel concejo abierto pueden testificar que lo descrito por mí es la pura y desnuda verdad y que tú mientes como un bellaco, queriendo defender lo indefendible. Como dijo alguien, la verdad hace daño cuando uno trata de huir de ella.

      · Dejo de lado tu defensa numantina del alcalde pedáneo actual, Pepe Muiña. Como hubiera dicho Jordi Pujol, esto, hoy y ahora, no toca. Es algo que no casa y es incoherente con el objeto de mi texto y de nuestro comercio lingüístico. Y, por eso, voy a centrarme en la parte de tu misiva relativa al encementado del campo santo y al talado de árboles del casco urbano de Almagarinos.

      2.- Tu irracional y visceral punto de vista sobre el encementado del campo santo y talado de árboles (cf. primeras 22 líneas). En tu misiva viertes una serie de afirmaciones gratuitas y de falsedades, que la Honestidad Radical que profeso no me permite dejar pasar por alto.

      · Sobre mi persona, me endiñas explícita o implícitamente, sin ton ni son y al sabor de la boca, una serie de valoraciones negativas y descalificaciones, que repugnan a la cortesía lingüística y a una objetividad desapasionada. Te enumero sólo algunas.

      .../SIGUE LA RESPUESTA INFRA

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    2. .../... SIGUE LA RESPUESTA

      · Me tildas de ser incapaz “de captar la ironía”, dicho con otras palabras, de ser incapaz de leer y de leer entre líneas, descodificando tanto las denotaciones como las connotaciones. Por otro lado, desprecias y consideras un defecto, que dificulta o anula la comunicación (¡craso error!), el “argumentar de forma tan prolija”. Además, para ti, el encementado del cementerio es “un tema de poca entidad”, una “chorrada”. Por lo tanto, según tú, en mis textos, me ocupo de fruslerías. ¡Cuidado! Con las cosas de comer y con los muertos no se juega; son cosas que no se pueden tomar a la ligera.

      · También ridiculizas y desprecias mi forma de expresarme —“recargada, con tanto latinajo”, afirmas tú— y citas, en apoyo a tu crítica gratuita, una situación concreta de comunicación (las acciones judiciales). Creo que a ti te da lo mismo “so que arre” y que pontificas sobre la inutilidad de las buenas maneras lingüísticas y de otro tipo. El hablar o escribir bien, el recibir bien a los invitados, el poner bien una mesa, el esmerarse en cocinar bien, el comportarse bien en la vida (social o privada),… no se pueden menospreciar ni ridiculizar como haces tú. Son valores y comportamientos que favorecen la convivencia, la vida en sociedad y la comunicación. Te preciso que mientes también cuando afirmas que mi comentario está sembrado de “latinajos” (con sufijo despectivo donde los haya). Te recuerdo que no hay ninguno. El uso de ciertos términos del latín es un rasgo de respeto a nuestros ancestros, los romanos, que nos transmitieron su lengua y su cultura.

      · Además, pones en duda mi capacidad de expresión escrita, cuando dices que me expreso sólo “razonablemente bien” y que tendría que hacerlo “con un poco más de sencillez, una de las características de los buenos escritores”. Tu apreciación entra en contradicción con la aceptación que tienen mis textos, valorados muy positivamente tanto por el contenido como por la forma, en más de 20 medios de comunicación. No te comportes como la zorra de la fábula que, incapaz de coger la uvas de la parra, se alejó de ellas diciendo que estaban verdes.

      · También afirmas, utilizando un aforismo popular, “que los trapos sucios se lavan en casa”. Esto me parece razonable y de sentido común. Ahora bien, decir esto es reconocer que, en efecto, en Almagarinos hay trapos sucios. Y, por otro lado, cualquier persona con dos dedos de frente estaría dispuesto a aceptar y aplicar este consejo, si la lavadora funcionase y si hubiera intención de lavarlos. Cuando no es el caso, como sucede en Almagarinos, la obligación de los ciudadanos responsables es sacar los trapos sucios a relucir en los medios de comunicación, que son los que hacen pupa realmente a la casta política de alta cuna o de baja cama (y sigo utilizando esta expresión a pesar de tu gratuita y absurda censura).

      · Finalmente, me acusas, alegremente y sin fundamento, de “pontificar” (“Exponer opiniones con tono dogmático y suficiencia”, RAE) y de ser un “simplón” y “poco inteligente”, al tildar de “casta política de alta cuna o de baja cama” a los políticos que sólo gobiernan para ellos. Como puede leerse en los Santos Evangelios, ves la paja hipotética en el ojo ajeno sin ver la viga real y cegadora en tu propio ojo, viga que te impide ver, analizar, razonar y argumentar.

      · Como te he dicho al principio de esta respuesta —prolija, razonablemente redactada, sin mucha sencillez, pontificadora, simplona y sin mucha inteligencia, dirás tú, pero pertinente, no contradictoria, reflexionada y argumentada, preciso yo— pongo punto y final y dinamito los puestes de la “comunicación pública contigo” (subrayo también intencionadamente este sintagma).

      Sin acritud.

      Manuel I. Cabezas (“Lolo”)
      19 de octubre de 2021

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  5. ¡Se picó el blog!, y está muy interesante.

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  6. Respuesta al comentario de Manuel I. Cabezas, de fecha 20-10-2021:

    RESPETO: Menos mal que escribes sin acritud, como dices al final del comentario, porque con acritud no sé cómo sería tu respuesta. Exhalas bilis por todos los costados. No soportas la crítica. Tú mismo te has puesto en evidencia. ¿Tanto pensar para esto?
    Yo te he tratado y te seguiré tratando con respeto, como a todo ser humano, piense como piense. A veces puedo decir algo fuera de tono, fruto de la pasión, aunque siempre con respeto hacia la persona. Pero tu réplica está llena de descalificaciones y de insultos, impropios de una persona de tu nivel.

    TOCA O NO TOCA: Dices que no toca traer a colación un tema de hace años, cual es la gran mentira sobre lo acontecido en el concejo abierto del 2013. Pero yo considero que si toca, por tres motivos:

    1. Porque nunca es tarde para decir la verdad y disculparse.

    2. Porque el objetivo de este artículo, “Camposanto encementado”, es Pepe Muiña, actual alcalde pedáneo de Almagarinos, sobre quien mentiste en el artículo sobre aquel concejo, “Llueve sobre mojado”, y sigues arrastrando la mentira.

    3. Porque aunque la verdad la sepan todos, no está demás disculparse, como un acto de nobleza y de buena voluntad.


    HONESTIDAD: La honestidad no es ni radical ni moderada. Es simplemente honestidad, y honestidad es decir la verdad. Sin embargo tú, que estuviste presente en el concejo, has sido el autor del artículo y, antes de publicarlo, te dije que cambiases lo de la agresión, pero no lo cambiaste.
    ¿En eso consiste tu “HONESTIDAD RADICAL”?

    LA MENTIRA: En el artículo “Llueve sobre mojado” dices que en el concejo de referencia hubo intento de agresión al alcalde pedáneo, mi primo Toribio Cancillo, cuando no fue así. Nadie intentó agredir físicamente a Toribio. Puede que fuera de nuestro pueblo haya gente que te crea, pero no en nuestro pueblo, porque nuestro pueblo fue testigo. Y yo no me meto en si hubo gritos, malas maneras, falta de formas, como tú dices y yo no desmiento. Aducir eso es desviar la atención, como suelen hacer los políticos, la casta como dices tú, cuando se ven atrapados en sus contradicciones. Solamente hablo del intento de agresión, y considero que la agresión es saltarse una línea roja, de mayor entidad que el insulto o malas maneras. Y de forma clara, concisa y precisa repito: nadie intentó agredir al alcalde pedáneo. Y tú lo sabías (y yo te lo dije), pero tú lo publicaste sin rectificar, luego tú mentiste.

    PONTIFICAR: Sobre lo de pontificar me remito a tus lectores, que son lo suficientemente inteligentes cono para ponderar quien pontifica y quién no, quien descalifica y quién no. Tú actúas como quien quiere imponer su punto de vista, sin admitir la controversia. Y por eso rompes los puentes, porque no quieres enfrentarte a la crítica, lo cual te descalifica por completo. Primero das el hachazo y después rompes la comunicación, dejándome en total indefensión. ¿Y tú hablas de democracia? ¿Y tú hablas de castas? Pero ¿a qué casta perteneces tú?


    LA LENGUA NO ES UN ARMA ARROJADIZA: No hay que criticar con las vísceras, sino con la cabeza. No uses la lengua como arma arrojadiza, que no todos han tenido la oportunidad de pasar por una universidad, y no por ello sus opiniones merecen ser despreciadas. Eso es coartar la libertad de expresión. No estamos ante un concurso literario, por lo tanto valoremos la opinión por su contenido. Distingue siempre entre la persona y sus ideas, y copia de Voltaire, que puede que haya dicho, o puede que no, lo de "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo".

    CONCLUSIÓN: Concluyo como dice la canción: Si me das a elegir, me quedo contigo, con mi pueblo, el de mis padres, el de mis abuelos, el de mis amigos, el de todos mis vecinos, del primero hasta el último, que también son mis amigos.

    Retiro lo del abrazo, pero te mando un saludo, que el saludo no se lo niego a nadie.

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  7. Joaquín Ramos Cancillo20 de octubre de 2021, 23:37

    Joaquín Ramos Cancillo
    Comentario a “CEMENTERIO ENCEMENTADO”
    Estimado Lolo:
    No pensaba hacer ningún comentario sobre el tema del encementado de una parte concreta del camposanto o cementerio de Almagarinos, que es mi pueblo, porque me parece una cuestión de escasa relevancia e insuficiente para la convocatoria de un concejo previo. Pero ante cariz que va tomando el debate que se ha originado a raíz de los comentarios, réplicas y contrarréplicas sobre el tema, quiero dar mi opinión. Sobre la noticia en sí del encementado, pienso - por inercia y siguiendo el sentido común – que se ha hecho con la mejor intención y en beneficio del pueblo, previa consulta con los vecinos o a requerimiento de ellos. Y no tengo motivos para pensar más allá.
    Pero en el artículo aparece muy temprano la conclusión de que “la autoridad municipal competente tuvo la nefasta idea de echar o, más bien, tirar el mortero sobrante en el camposanto…” O, en otras palabras, que actuó por las bravas. Pero no encuentro referencia alguna a ninguna premisa que pudiese conducir a tan osada y grave afirmación. ¿Se ha constatado que previamente no habían sido consultados los vecinos o que el encementado no se acordó a requerimiento de ellos? Sobre esto nada se dice en el artículo y, por tanto, no se puede hacer una afirmación tan gratuita. No, si existió esa consulta previa a los vecinos o un requerimiento por parte de ellos, o cualquier otra circunstancia relativa al tema que no nos consta ni se menciona.
    Y ese es el meollo de la cuestión: Una afirmación-conclusión carente de premisas y no argumentada en absoluto. Y el entramado pretendidamente argumental que lo rodea se va por las ramas y sobra en su totalidad, porque todo él es sobre cuestiones accesorias y se apoya en una afirmación que es mera apreciación del articulista.
    Y, por favor, basta ya de tirones de oreja por cuestiones lingüísticas – prosódicas, sintácticas o lo que sea – a quienes comentan los artículos y no están de acuerdo con tus postulados. Sin duda, eres un insigne lingüista, pero ni eres profesor de tus lectores ni tus lectores son tus alumnos. Tos no an tenido la oportunidaz de estudiar, pero todos merecemos un respeto, aunque escrivamos vurro con w; y tratamos de expresarnos por escrito lo mejor que sabemos con las enseñanzas que cada uno hemos recibido.
    Sin acritud, pero discrepante

    un saludo

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  8. Estimados Sres., quisiera responder a parte de lo aquí escrito, sin internarme en la cuestión originaria de estos comentarios, que es el cementado del cementerio. Para mí, repito, para mí y con todo respeto a quienes necesitan recordar a sus muertos allí, mi cementerio es la memoria, allí tengo a todos los que quise y me quisieron, tal vez esta “tara” se deba a que tengo un hermano desaparecido por la dictadura militar argentina, entonces, no tengo donde llorarlo ni ir a ponerle una flor, y a decir verdad, tampoco la necesito. Su recuerdo es motor de lucha y emociones, a pesar de los 44 años transcurridos.
    Dicho esto, noto en las críticas al “articulista” cierto menosprecio a la erudición del mismo. Frases como: “…no uses la lengua como arma arrojadiza” “…coartar la libertad de expresión” “…no todos hemos ido a la universidad” “…no estamos ante un concurso literario” “Pontificas”, etc.. Tal vez Manolo no tenga la razón en sus críticas, y digo tal vez, porque los que disienten también argumentan sus pareceres y yo, que soy de afuera y los de afuera son de palo, no estoy en condiciones de ser el árbitro. Pero, denostar la pluma y la palabra exquisita del escriba por su nivel superlativo, menoscaba la razón de los que así piensan. Es como pedirle a Carlos Sainz que vaya más despacio porque levanta mucha tierra, o a Plácido Domingo que cante más bajo porque se vuelan los pájaros, o a Ferrán Adriá que nos prepare solo una tortillita porque los sabores complejos no son lo nuestro.
    Vamos, disfrutemos lo bueno, no bajemos la vara, tratemos de subir la nuestra y lo que no se entienda, pues a Googlear o al viejo diccionario, y a aprender, que es lo que hago yo cada vez que lo leo a Manolo.
    Mis respetos desde Buenos Aires.

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  9. Joaco, yo tampoco pensaba pronunciarme por este medio, pero siento MUCHO DOLOR y me hierve la sangre de tal manera, que, ante lo acontecido, no puedo reprimirme.
    Amo, de verdad, a mi pueblo Almagarinos y deseo poder sentarme enfrente de todos sin ningún resquemor ( cuando el virus nos lo permita), como lo hemos hecho SIEMPRE, en perfecta armonía y con el buen humor que nos caracteriza.
    El odio es un mal consejero.

    Si nuestros representantes políticos lo están haciendo mal, próximamente habrá elecciones... Cualquiera puede presentarse.
    Muchísimas gracias, con todo mi cariño, a Doni y a Joaquinín por vuestros brillantes comentarios.
    Un fuerte abrazo para todos los que queremos a nuestro pueblo.
    Isabel Matilla

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  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  11. Mi comentario se ha enviado dos veces. por eso he eliminado uno.
    Gracias.

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  12. Estimado Lolo,

    Iré al grano. No me andaré con rodeos. No creo que la “fiebre del hormigón” de los años 60 ó 70, de lo que se dio en llamar el desarrollismo del tardo-franquismo, si es eso a lo que te refieres, tenga nada qué ver con poner una planchada de cemento en el cementerio de Almagarinos, ni que éste acto sea constitutivo de un delito de lesa urbanidad –dicho sea con ironía-, ni que ponga en riesgo el equilibrio medio-ambiental de la sierra circundante, ni que falte al respeto o a la memoria de nuestros queridos muertos allí enterrados –como pareces sugerir sibilinamente-, ni que de para abrir una causa general contra nada ni nadie. Me parece una auténtica nadería, un pretexto nimio, ridículo, para cargar las tintas sobre el adversario de siempre y, de paso, pisotear la imagen de Almagarinos en los foros y medios de comunicación que tienen a bien publicarte.

    Y como colofón te diré que es una verdadera lástima que no emplees tu talento, tu proverbial verso florido, para, de vez en cuando, sólo de vez en cuando, dar a conocer las virtudes de nuestro pueblo, que también las tiene, y que se resiste a morir por el buen empeño –unas veces más acertado que otras, pero siempre bien intencionado- de su gente laboriosa y humilde, la que nació y se crio allí y legó a los suyos–entre los que me encuentro- su amor por esa tierra.

    Sin acritud, pero con creciente hartazgo.

    Igor dixit


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    1. Hice un comentario sobre lo dicho por Miguel Laporte y veo que no está. Quién lo habrá eliminado?

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    2. - Yo soy un neófito y un indocumentado en esto de las redes sociales. Sé lo justo para colgar textos o comentarios y poco más.

      - Si tu comentario ha sido borrado, no sé ni quién lo ha hecho ni el porqué.

      - Puedes volver a colgar tu comentario sobre el comentario del argentino Miguel Laporte, vecino de Buenos Aires, que estuvo en Almagarinos hace dos o tres años.

      - En HONESTIDAD RADICAL, no hay censura previa ni "post scriptum", como sucede en otro s sitios. ¡Hasta ahí podíamos llegar!

      Manuel I. Cabezas

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    3. Estimado Ígor:

      · En tu “feedback” he encontrado cuatro cuestiones que me parecen importantes y dignas de ser matizadas, relativas a: 1. la “planchada de cemento en el cementerio de Almagarinos”; 2. “cargar las tintas sobre el adversario de siempre “; 3. “pisotear la imagen de Almagarinos en los foros y medios de comunicación”; y 4. No “ dar a conocer las virtudes de nuestro pueblo”. Por eso, voy a aportar algunas precisiones sobre ellas.

      1.- La “planchada de cemento en el cementerio de Almagarinos”.

      C0m0 tú, todos aquellos que han reaccionado al texto “Encementado del campo santo” no se han dado cuenta de que con lo acaecido en el campo santo (hormigonado de una parte del mismo) llueve sobre mojado en Almagarinos. Es un episodio más de una pretendida y equivocada modernización de Almagarinos. El problema no es el “encementamiento” de una parte del cementerio sino la reiteración de los casos del deterioro y degradación del “locus amoenus” en aras de ese nuevo becerro de oro llamado “progreso”. Por lo tanto, no es una “nadería”, como afirmas, sino un síntoma más de la degradación de nuestro querido pueblo.

      2.- “Cargar las tintas sobre el adversario de siempre”.

      Me acusas de que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me dedico a criticar y a atacar “al adversario de siempre”, el pedáneo, Pepe Muiña. Para mí, esta persona, no es ningún enemigo o adversario. Por sus comportamientos, puedo y puedes colegir que yo sí lo he sido y lo soy para él. ¿Por qué? Porque practico la “Honestidad Radical” y no me duelen prendar el verbalizar, principalmente por escrito (por lo del “verba volant, scripta manent”), aquello que, para mí, no es correcto, aunque esto le saque de sus casillas y se comporte como un energúmeno, que es su comportamiento habitual cuando alguien le hace la más mínima observación o pregunta comprometedora o la más liviana crítica.

      3. El “pisotear la imagen de Almagarinos en los foros y medios de comunicación”.

      Como he escrito en alguno de los comentarios que preceden, es lógico y razonable lavar los trapos sucios en casa. Ahora bien, cuando la lavadora no funciona o no hay jabón o no hay disposición para hacerlo, un ciudadano responsable rompe su silencio y denuncia —después de haberlo hecho, en fecha y forma, ante las administraciones públicas— en los medios de comunicación, lo que está sucediendo. Muchas veces y por diferentes motivos, los ciudadanos no rompemos el silencio y utilizamos el “silencio cobarde” (cf. Abate Dinouart) cuando es necesario romperlo para proclamar y gritar que “el rey va desnudo” (cf. cuento "El traje nuevo del emperador” de Hans Christian Andersen).

      …/… SIGUE “INFRA”

      Eliminar
    4. …/… CONTINÚA

      4. No “ dar a conocer las virtudes de nuestro pueblo”.

      Me amonestas de que no dedique mi tiempo y mis humildes capacidades a loar “las virtudes de nuestro pueblo”. Ante tu reproche quiero decirte que he restaurado la casa de mis padres, cierto, por interés personal y poder pasar más tiempo y más confortablemente en Almagarinos. Pero también para contribuir a mejorar la imagen del pueblo, algo que no hacen los responsables municipales (cf. “No hagas hoy lo que puedes hacer mañana”, aquí en Honestidad Radical).

      Además, en muchos de mis textos, he abordado cuestiones de antropología social, relativas a nuestro pueblo y a la “España vaciada y vacía”, de la que forma parte Almagarinos. Te recuerdo sólo el título de algunos de ellos, que puedes leer o releer, paseándote por Honestidad Radical o por los numerosos medios que se han hecho eco de los mismos:

      - Los del teso del Argatón.
      - Elogio y defensa del bar del pueblo.
      - Las filandonas rumanas.
      - De los pendones leoneses.
      - ¿The end de las minas de carbón?
      - La España vaciada y vacía.
      - Concejo abierto en Almagarinos
      - Llueve sobre mojado en Almagarinos
      - No hagas hoy lo que puedes hacer mañana
      - Por la boca muere el pez
      - Campo santo encementado
      - …

      Por otro lado, con la publicación de mis textos en más de una veintena de medios, he intentado poner mi grano de arena para poner a Almagarinos en el mapa. Mis textos han sido publicados en medios casi todas las CC.AA. y de algún país extranjero (Argentina y Francia). Sin ánimo de ser exhaustivo, han sido difundidos en Castilla Y León (Periódico El Buscador, Bierzo Diario, Bembibre Digital, Bierzo Digital, Diario de León,…), Cataluña (e-Noticies, Crónica Global, A Fons Vallès, Cerdanyola Info, Cerdanyola al Día, Catalunya Press, Press Digital, …), Galicia (El Correo Gallego,…), País Vasco y Navarra (La Tribuna del País Vasco, Deia, Diario de Navarra,…), Canarias (Noticanarias y Fuerteventura Digital), Madrid (Diario 16, La Paseata, Confidencial Digital, Periodista Digital, Confilegal ,… ) e incluso han traspasados nuestras fronteras: Argentina (Perfil) y Francia (Courrier International). Por cierto, en el Periódico El Buscador, mi sección lleva por título “UNO DE ALMAGARINOS”. Y, en La Tribuna del País Vasco, mi sección (“Desde la Honestidad Radical”) tiene de fondo una foto panorámica de Almagarinos.

      Sin acritud, pero con muy, muy, muy… creciente hartazgo.

      Manuel I. Cabezas González “respondit”
      25 de octubre de 2021

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    5. Apreciado Lolo,

      Agradezco el tono ponderado de tu réplica y mentiría si te dijera que no esperaba una endiablada filípica. Supongo que el último mensaje de Juaco en el que aboga por respetar ese inveterado espíritu de unidad, santo y seña de Almagarinos, y al cual no puedo sino adherirme, nos ha acabado apaciguando a todos. Siguiendo el hilo, la anécdota que nos ha explicado Doni sobre la conversación que mantuvo con Antonio Tejedor, que en paz descanse, sobre la relación entre crítica y unidad de acción frente al exterior, ilustra perfectamente lo que para mí es el concepto de “unidad” que cabe esperar de todos nosotros, vecinos de Almagarinos, tanto los que nos atrevemos a escribir en este foro –por ahora, pocos- , como los que prefieren leer las diatribas y discusiones –algunas bizantinas- en que nos enredamos con un afán empedernido.

      En efecto, la unidad de la que hablan los citados contertulios –y supongo que estarán de acuerdo conmigo- no es incompatible con el libre ejercicio de la crítica a la que todos estamos expuestos, muy principalmente aquellos que tienen responsabilidades públicas, en este caso en el ámbito local. La defensa de ese concepto, tan denostado por lo mucho que lo conjuga la clase política y lo poco que en realidad lo practica, no predispone ningún tipo de censura a la libertad de expresión de los vecinos de tan insigne pueblo, como no podía ser de otro modo, pero sí exige, y en esto debo ser especialmente enfático, una cierta moderación en las formas que es incompatible con las descalificaciones “ad hominem”. Y esto vale para todos, esto es, para ti, para mí y para el alcalde pedáneo. Mensajes en los que la crítica se centra no tanto en las obras de otros como en la pobre calidad de su expresión escrita –conste que en mi anterior mensaje cometí un par de faltas ortográficas, aparte de la falta de tilde en la “i” inicial de mi nombre, que no acostumbro poner-, denotan una discriminación de corte elitista que a mí, personalmente, no me gustan y que, además, creo no contribuyen a calmar las aguas en aras de recuperar esa deseable armonía vecinal.

      SIGUE

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    6. Entiendo también que la “utilidad” es un criterio capital que debe presidir el libre ejercicio de la crítica. Y esta firme creencia mía entronca con las sabias palabras de Doni, cuando dice que “Podemos criticar, pero nuestra crítica ha de ser respetuosa y constructiva, porque si es destructiva ni nos sirve ni nos interesa.” La crítica que no nos mueve a mejorar nuestros comportamientos u obras para hacerlos moralmente más aceptables sino que, por el contrario, anima nuestros más resabiados instintos para arrojarlos cual guillotina sobre el cuello del dicente, emponzoñando lo que debería ser un espacio de debate edificante, no sirve ni para hacer un caldo. Quizá, y siendo muy generoso, si la crítica es una de esas invectivas lingüísticas a que nos tiene acostumbrado el ínclito don Manuel, al dicente le servirá para demostrar su erudición frente a los demás, pero a buen seguro no excitará en el damnificado ningún ánimo de superar sus carencias competenciales en esa materia. Más bien todo lo contrario, hará crecer en su interior una animosidad beligerante que, indefectiblemente, acabará arrastrándole a seguir escribiendo no mal, sino peor, y además a sabiendas, como muestra de reafirmación y de empecinamiento en su ignorancia y de sublevación frente a quien se erige en un tirano de la lengua.

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    7. Esa utilidad del discurso crítico, entendida en este caso como capacidad para promover cambios desde las administraciones públicas que mejoren las condiciones de vida de una comunidad, se ve sensiblemente mermada, además de por la falta de mesura en las formas y de observación de unas mínimas normas de urbanidad y trato social, por los foros o canales elegidos para vehicularla. En ese sentido me pregunto si los lectores franceses o argentinos de tu blog “Honestidad Radical”, o los lectores de esa veintena de medios digitales que tienen a bien publicarte -estoy pensando, p.ej., en Cerdanyola al Dia o en Fuerteventura Digital- se interesarán, y harán algo al respecto, para que en los concejos o juntas vecinales de Almagarinos ningún asistente acometa o insulte a otro, o para que la autoridad competente deje de “procastinar” la ejecución de algunas obras o arreglos, o para que los bandos municipales se redacten con la debida corrección léxico-morfo-sintáctica, o para que nos aclaren si la plataforma de hormigón ejecutada en el camposanto es definitiva o una primera fase de un proyecto de mayor envergadura. Honestamente, creo que son mucho más interesantes para esos lectores otros artículos tuyos –que, como Juaco, yo también he disfrutado- que hablan de eso que con algo de pompa llamas “antropología social”, como es el caso de “Los del Teso del Argatón”, “Las filandonas rumanas” o “Elogio y defensa del bar del pueblo”. En ellos se retratan costumbres, tradiciones y valores (laboriosidad, abnegación, lucha frente a la adversidad, etc.) que transitan de lo local a lo universal, por lo que pueden concitar el interés de lectores muy alejados desde un punto de vista geográfico y cultural.

      Y eso es todo.

      Igor (para los vascos) e Ígor (para los demás)

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  13. Creo que los nervios nos jugaron a todos una mala pasada. Y ya se sabe que cuando los nervios crecen y crecen, pueden acabar explotando como un volcán y se dicen cosas que no se querían decir, y en un tono exagerado no deseado.

    Pero si equivocarse es humano – porque Don Perfecto no existe - de sabios es rectificar. Y por eso estoy seguro de que rectificaremos, porque no somos necios – etimológicamente, “los que no saben” – sino sabios.

    He estado releyendo un bonito artículo que publicó Lolo el 13/03/ 2012, titulado LOS DEL TESO EL ARGATÓN; y que, dado que estamos a sólo unos días de rendirles una obligada visita en la festividad de Todos los Santos, ha recobrado actualidad. Quien lo desee, puede encontrarlo en la web de Honestidad Radical, en el “archivo del blog” que figura en la columna de la derecha, pinchando “2012” y, después en “Marzo (2)”. Merece la pena.

    En él, tras rememorar sus vidas, quehaceres diarios y costumbres - la vecera, la siega, las majas, la matanza, la mina, etc., en nuestro añorado Almagarinos de los años 50 y 60 – les rinde un sincero homenaje. Todos los que aún no hemos llegado al Teso, les debemos lo que somos. Sin su laboriosidad y abnegación, seguro que seríamos todos menos de lo que somos. Ellos lo hicieron muy bien: lograron que nosotros tuviésemos una vida mejor y menos esclava que la suya, que era su gran objetivo. Y lo cumplieron con su sangre y sudor. Y espero que pronto se les caigan también las lágrimas. Pero unas lágrimas de emoción, porque sus descendientes – todos nosotros – somos lo suficientemente inteligentes como para desfacer los entuertos que inevitablemente surgen de vez en cuando, y porque no hemos olvidaron las sabias lecciones que nos dieron gratis. No merecen que les defraudemos.

    La vida de nuestros mayores de los años 50 y 60, como recuerda Lolo en su artículo, se basaba en principios tan nobles como la solidaridad, la ayuda mutua y la colaboración recíproca. Y tenían como lemas de conducta el “todos para uno y uno para todos” y el “hoy por ti, mañana por mí”. Estos lemas los recuerdo, sobre todo, en relación con las “majas”, una de las tareas del pueblo más laboriosa que a casi todos afectaba. En la maja se podía “colar” cualquiera sin pedir permiso y siempre era bien recibido, para dar porrazos o trasladar sobre la cabeza los feijes de paja desde la era al pajar. Hasta los críos disfrutábamos ayudando, dentro de nuestras limitadas posibilidades. Una de las recompensas era que luego nos dejaban “rebincar” en casi todos los pajares. Y algo parecido sucedía con las “matanzas”, que culminaban a la hora de comer con los exquisitos manjares que nuestras madres y abuelas preparaban, y que ni Arguiñano podría haber superado.

    ¿Y vamos a olvidar aquellas sabias lecciones que nos dieron nuestros mayores? Hoy ya no hay majas, ni minas, y matanzas pocas o menos. Pero no podemos olvidar aquellos nobles principios y lemas que guiaron siempre su vida en el pueblo. Debemos mantener el espíritu solidario que animó siempre a nuestros mayores. Siempre se llega más lejos remando 100 que 20. Y en la misma dirección, claro. Sin que importen las ideas políticas que cada cual tenga. Y cuando, dentro de más de un año y medio, estén a tiro las próximas elecciones municipales – como nos apuntaba Isa – será el momento en que el propio pueblo tenga que plantearse quién o quiénes deben seguir dirigiendo su futuro.

    Concluye Lolo diciendo que “Almagarinos y los del Teso el Argatón siempre estarán en mi corazón”… y que “mientras recordemos a los del Teso el Argatón – como escribió alguien – siempre estarán vivos, ya que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido”. Son palabras muy bellas. Y, como los del Teso siguen vivos – porque no los hemos olvidado – debemos demostrarles que aprendimos sus lecciones y que, gracias a su ejemplo, seguiremos siendo “uno para todos y todos para uno”, porque también aprendimos a DIALOGAR con humildad. Por favor, NO LES DEFRAUDEMOS.

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    1. Acertado como siempre, Juaco.

      Los unos consideramos lo del encementado como una nadería, los otros como un atentado contra la madre naturaleza. Lo uno y lo otro es respetable, pero ¿los unos y los otros hemos recabado información sobre la cuestión, como bien dice Juaco? Sin los suficientes elementos de juicio es arriesgado opinar, y si opinamos a la ligera, sin fundamentos, sin contrastar la argumentación de la parte contraria, no nos extrañemos de que nos caigan chuzos de punta.
      Esto va de democracia y democracia es respetar a los demás, incluidas las autoridades. ¿Quién soy yo para imponer mi forma de ver las cosas? ¿Es que quizás soy más sabio que los demás, incluso que el sabio Sócrates, quien decía “solo sé que no sé nada”? Podemos criticar, pero nuestra crítica ha de ser respetuosa y constructiva, porque si es destructiva ni nos sirve ni nos interesa. Y si no estamos de acuerdo con la actuación de nuestras autoridades, cada cuatro años, si no antes, como dice Isa, podemos cambiar el sentido de nuestro voto, y ya está. Así de simple es la democracia. ¿A qué tanto aspaviento, tanto ataque desmesurado?
      Los de Almagarinos formamos una familia, mal avenida, como muchas, pero una familia. Antes eran la mina, las majas, las matanzas…, (como dicen Lolo y Juaco), y ahora son la paella en la Sierra, la sopa de truchas en el Parlamento, los bailes bajo la luz de las estrellas… Somos un pueblo que luchó por sobrevivir en los años de penuria y lucha por sobrevivir en los años de bonanza. Solidaridad es lo que nos sobra. Y traigo a la memoria una anécdota que sucedió con nuestro amigo Antonio Tejedor, que ya no está con nosotros. Vino un día a mi casa a las nueve de la mañana, y un tanto alterado me dijo: “Doni, no entiendo a la gente de tu pueblo. Siempre están discutiendo entre sí y cuando alguien de fuera se mete contra uno de ellos, todos a defenderle”. Y yo le respondí: “Antonio, ya estás empezando a entendernos”.

      “Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra” y, por supuesto, yo no la tiraré. Por lo tanto, dejémonos de trifulcas y mandangas, y tiremos del carro todos juntos y en la misma dirección, como dice Juaco.

      Y yo, que no soy tan importante como para llevarme mal con nadie, recupero lo del abrazo y a seguir discutiendo.

      Doni

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    2. Estimado Joaquín:

      · Me congratula que hayas degustado, apreciado y valorado muy positivamente el texto titulado “LOS DEL TESO EL ARGATÓN” (Honestidad Radical, 13 de marzo de 2012) y que lo hayas traído a colación en estas fechas tan señaladas en el calendario del mundo cristiano.

      · Al terminar de parafrasear el precitado texto escribes: “Y, como los del Teso siguen vivos –porque no los hemos olvidado– debemos demostrarles que aprendimos sus lecciones y que, gracias a su ejemplo, seguiremos siendo “uno para todos y todos para uno”, porque también aprendimos a DIALOGAR con humildad. Por favor, NO LES DEFRAUDEMOS” (las mayúsculas “enfatizadoras” son tuyas). Coincido contigo en el deseo de “dialogar” y de “no defraudar” a nuestros mayores, siendo dignos retoños de ellos.

      · En otro texto (“DE LOS PENDONES LEONESES”, in Honestidad Radical, 15 de enero de 2014), hace ya más de 7 años, el que suscribe abogaba por lo mismo que tú con estas palabras: “el pendón rehabilitado de los pueblos de León debería convertirse en el símbolo del moderno “meeting point”. La recuperación de su simbolismo prístino debería propiciar las actitudes y los comportamientos centrípetos y las sinergias, ante la obsesión de algunos de poner el acento en los hilos de las diferencias y no en las maromas de las coincidencias que nos unen. El pendón está ahí para acogernos bajo su paño. Reunámonos en torno a él y hagamos piña. La unión hace la fuerza. La división es el preludio de la derrota”.

      · Ahora bien, la realidad parece indicarnos que algunos no están por la labor y siguen utilizando el “divide et impera” —tan funcional y productivo para los romanos en la conquista de otros pueblos— con el fin de hacer y deshacer a su antojo. “Estos algunos”, cogidos con las manos en la masa de sus actos verbales y no verbales, son los que se dejan llevar por los nervios y no son “sabios” sino “necios” (los que no saben), como afirmas, en general, al principio de tu comentario.

      Un cordial saludo y “sursum corda”.

      “Lolo”
      28 de octubre de 2021

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    3. Estimado Lolo:

      Me alegro de que estemos de acuerdo en el deseo de dialogar. Y doy por supuesto que te refieres a un diálogo con humildad y con RESPETO A TODOS. Y en el “TODOS” incluyo a todos, valga la redundancia. Y contento también de que coincidamos en el deseo de no defraudar a nuestros mayores.

      Pero tengo que disentir de cuanto afirmas en tu último párrafo. Cuando escribes que “la realidad parece indicarnos…”, no sé si utilizas el “nos” como pluralis nayestáticus, pluralis modestiae o pluralis auctoris, pero me da lo mismo. Lo único que sé es que yo no me siento incluido en ese plural. No estoy de acuerdo en absoluto en que “algunos” utilicen el “divide y vencerás” para hacer y deshacer a su antojo, ni conozco a nadie que haya sido pillado con las manos en no sé qué masa, ni conozco a ningún necio ( = el que no sabe) de mi pueblo.

      Cuando yo hablaba en mi anterior comentario de sabios y necios, a propósito de que “de sabios es rectificar”, me refería a una sabiduría a la que todos tenemos acceso: la que recibimos de las enseñanzas y ejemplo de nuestros mayores, cuya vida se rigió por los nobles principios y lemas que tú destacabas en tu artículo EL TESO EL ARGATÓN en 2.012, y que no creo necesario repetir. Y no conozco a ninguno de esos “algunos necios” (= los que no saben) a que te refieres. Insisto en que a todos los del pueblo los considero sabios en el sentido que acabo de expresar, aunque respeto las opiniones contrarias, como es la tuya. ¿Cómo no? Pero, para mí, es sólo una apreciación personalísima tuya.

      Por cierto, ayer, festividad de Todos los Santos, tuve ocasión de visitar el camposanto del Teso El Argatón y la obra que se hizo, ya acabada, en su parte más elevada frente a los nichos que guardan los restos de parte de nuestros mayores, entre los que están los de mis padres. Y me parece una obra digna y muy acertada para nuestro pueblo. En mi modesta opinión, nadie corre más riesgo al caminar por la nueva esplanada, que el que correría haciéndolo por cualquiera de las calles asfaltadas llanas del pueblo. Sólo puedo felicitar por ello a las autoridades locales responsables de esta adecuada reforma.

      Viva el diálogo y viva la confrontación respetuosa de ideas.

      Un cordial saludo.

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    4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    5. Debido a mi torpeza e inexperiencia, he publicado, sin quererlo, dos veces el mismo comentario. Por eso, he eliminado el segundo.

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    6. Joaquinín:
      A mí también me pasó lo mismo y como muy bien queda reflejado solo puede eliminar el comentario el autor del mismo.
      Los demás comentarios, únicamente, los puede eliminar el administrador o el editor del blog.

      Un abrazo.
      Isabel Matilla

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