·
En este inicio del curso político y escolar, los ciudadanos estamos
hartos de tanto “todólogo”,
de tanto maestro
Ciruela y de tanto
político, que pululan por tertulias
y columnas de opinión, para marear la perdiz y “asnificar” a la ciudadanía en vez de informarla e ilustrarla. Por
eso, voy a dejar de lado el cansino monotema del proceso independentista
catalán, que es un ejemplo paradigmático del suplicio de la gota malaya y del “bourrage de
crânes”. Y voy a centrarme en la crianza-educación de los niños y en
sus consecuencias entre los adolescentes y los jóvenes.
·
Desde hace años, es cada vez más frecuente encontrar —tanto en los
medios de comunicación tradicionales como en las redes sociales— informaciones,
testimonios, análisis y reflexiones relativas a la deriva del comportamiento y
de las actitudes de los niños y, como corolario, también de los adolescentes y
de los jóvenes. De esto se puede inferir que algo se está haciendo mal en las
familias y en la escuela. Sólo quiero dar algunas pinceladas para ilustrar esta
deriva.
·
Es muy habitual ver a padres y abuelos cargar, como acémilas, con las
mochilas de sus hijos o nietos; a padres que, en los claustros escolares, piden
que no se premie a los mejores alumnos para no traumatizar a sus compañeros; a
padres que dan siempre la razón a sus hijos frente a la de los profesores, para
protegerlos; a padres que satisfacen todos los caprichos de sus hijos o que se
adelantan a los mismos, sin exigirles nada a cambio; a padres que les atiborran
de “gadgets” tecnológicos (T.V.,
ordenadores, tabletas y móviles), que se han convertido en sus nuevos canguros
o niñeras; a padres que miman desmesuradamente a sus hijos, que no les llaman
la atención, que no les prohíben nada, que no los corrigen y que no los
castigan, no vaya a ser que se frustren y se depriman; a padres que hacen creer
a sus hijos que su libertad es total y su voluntad omnipotente; a padres que, con
la pretensión equivocada de ayudar a sus retoños, alimentan grupos tóxicos de
WhatsApp, donde desprestigian a los profesores; a padres que... No quiero
alargar más este Cahier de doléances.
· Con estos mimbres y
estas bases, no es difícil imaginar y prever el comportamiento, las actitudes y
las aptitudes de los adolescentes y de los jóvenes, incluso universitarios. A
estos últimos quiero referirme, citando algunas de mis vivencias en la Universidad
Autónoma de Barcelona (UAB).
· En la UAB, he sido
testigo de alumnos/as que se hacen acompañar de sus madres para realizar la revisión
de exámenes o para materializar la matrícula universitaria; alumnos/as que se ponen
a llorar, como Boabdil “el
Desdichado”, ante un inapelable suspenso y la obligación de repetir la
asignatura; alumnos/as que utilizan
argumentos inaceptables e impropios de personas adultas (es mi última asignatura,
voy a perder la beca, tengo una oferta de trabajo, etc.), para conseguir un
aprobado; alumnos/as que no dudan en utilizar los chantajes (si suspendo, pido
una revisión extraordinaria; y si, a pesar de ésta, suspendo, abandono y no me
matriculo en el máster, etc.); alumnos/as que se han tragado a pie juntillas
ciertas ofertas típicas de la sociedad de consumo (el dos por uno, por ejemplo,
de los grados
combinados; o el yo he pagado la matrícula y tú me das el aprobado);
alumnos/as que salen de o entran en clase como Pedro por su casa y que, en
medio de una clase, hacen un uso impropio de sus móviles; alumnos/as… Que
sais-je encore?
· Estos hechos
ponen el dedo en la llaga de la deficiente y deformadora educación que se está
dando a los niños, adolescentes y jóvenes, así como de sus consecuencias. De aquellos polvos, estos lodos: niños,
adolescentes y jóvenes que algunos han tildado ya de “blanditos”. Blanditos que han tenido y tienen todo y de todo, sin
haber dado nada a cambio. Blanditos que hacen de su capa un sayo. Blanditos que
se rigen, según Sigismund Freud, por
el hedonista “principio del placer”
(el clásico “carpe diem”) y nunca o
muy poco por el “principio de realidad”.
Blanditos malacostumbrados “a un mundo
que nada tienen que ver con el que les aguarda en cuanto salgan del cascarón de
la cada vez más prolongada infancia”, según Javier Marías en un texto
reciente.
·
La vida —fuera de la familia y de los centros escolares— es dura,
competitiva, exigente y, por eso, hay que entrenarse, como para cualquier
deporte, con el fin de enfrentarse con éxito a ella. Si hay que prepararse para
la vida, ¿por qué privar o alejar a los niños-adolescentes-jóvenes de los
fracasos, de las decepciones, de las frustraciones, de los problemas,… que son
inevitables, lógicos y necesarios para progresar en todos los órdenes de la
vida? Como confesó David Babunski
(exjugador macedonio del Barça B) “vivimos
en una sociedad en la que no nos educan ni para vivir ni para morir” y
donde reina el vacío educativo, la falta de valores sólidos, la primacía del
hedonismo y de la satisfacción inmediata, el rechazo de la cultura del esfuerzo
y de la responsabilidad, el incremento y la defensa de los derechos, pero no de
los deberes, etc. Todo esto me ha hecho pensar en esa frase, tan pertinente,
que la profesora de baile pronunciaba al inicio de cada episodio de la serie Fama: “Buscáis la fama, pero la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a
pagar. Con sudor”.
·
Ante la magnitud, el alcance y las consecuencias de esta educación fisiocrática
del “laisser faire, laisser passer”, son
cada vez más numerosos los pedagogos y psicólogos que han levantado la voz para
alertar sobre los desastres producidos y sobre la necesidad imperiosa de “destetar” a adolescentes y a jóvenes. Para
conseguir esto, se han hecho numerosas propuestas. Sólo citaré tres, que someto
a la consideración de mis lectores.
·
La primera es la loable iniciativa
del profesor J.A. Marina. Para él,
que sabe de qué va el paño, algo huele muy mal en la educación que los padres
dan a los hijos y en la instrucción que los profesores imparten a sus alumnos.
Además, no hay sinergia entre ellos y, en muchos casos, las AMPAS meten la
cuchara en algo que desconocen. Por eso, ha creado la “Universidad de Padres” con el fin de que se formen y aprendan cómo
educar a sus hijos y cómo destetarlos, como hacen nuestros hermanos, como diría
San Francisco de Asís, los animales.
· La segunda es la implantación de un “Erasmus Nacional”, idea lanzada por la Ministra de Sanidad, Dolors Montserrat. Con este “Erasmus” se pretende también alejar a
los hijos de los padres, para que convivan, durante un cierto tiempo (¿un
trimestre o semestre o año escolar?) con otras familias y así se preparen para
abandonar la teta familiar, además de conocer otras regiones de España, otras
realidades.
· La tercera es la propuesta de Reinstauración del Servicio Militar Obligatorio, idea apoyada por el
Juez de Menores Emilio Calatayud.
¡Cuidado! No se trataría de preparar a los jóvenes para luchar y morir en
cualquier guerra que provoquen esos desequilibrados de la casta política para
defender los intereses de los poderosos. El objetivo es otro: destetar también
a los jóvenes y hacerles adquirir ciertos valores (la solidaridad, el compañerismo,
el esfuerzo, el sacrificio, la disciplina, el respeto a la autoridad, el
compromiso, el valor de la palabra dada, etc.), que los niños, los adolescentes
y los jóvenes, en general, no han olido ni en casa de sus padres ni en las
escuelas, ni en los colegios, ni en los institutos, ni en las universidades.
· Destetar o
seguir criando niños, adolescentes y jóvenes blanditos, hiperprotegidos y poco
resolutivos, que deberán enfrentarse, solitos, a la vida real, que no es
precisamente un parque temático de Disney. That’s
the question.
© Manuel I.
Cabezas González
Publicado también en Periodista Digital, El Diestro, La Tribuna del País Vasco, Bembibre Digital, Cerdanyola Informa, L'Independent de Baberà, Las Voces del Pueblo, Diari del Vallès, Diario 16 y Liverdades.
29 de septiembre de
2017
Sí, es muy cierto lo que dice el artículo.
ResponderEliminarPero también es cierto que deberíamos tratar a los jóvenes con seriedad, y no con "pensamiento débil".
Débil, injusto, incoherente.
"La irracionalidad destroza a los niños", dijo la pedagoga de un centro público al cambiar de trabajo porque no podía soportar este desatino.
EJEMPLO DE IRRACIONALIDAD GENERAL:
"Igualdad" significa exclusivamente preocuparse por la igualdad de la mujer.
Si los hombres mueren 3 veces más por suicidio y 20 por accidente laboral, A NADIE IMPORTA.
Y si hay 5 veces más "Sin techo" varones, tampoco importa.
Aunque hay más asesinatos de hombres que de mujeres, sólo hay que acabar con los asesinatos de mujeres.
Tampoco importa que haya más fracaso escolar masculino y 13 veces más hombres que mujeres en la cárcel.
Para nuestros descerebrados dirigentes, preocuparse sólo por las mujeres es "igualdad de trato".
Si nacen más niños que niñas, ¿cómo es que hay más mujeres que hombres?
Pues porque la mortalidad prematura de los varones entre los 15 y 65 años es el doble que la de ellas.
En cambio, la preocupación general es ¡"ni una menos"!
Podéis consultar: http://edipais.wordpress.com
y también http://edipo.info/Doc/poblacio/MarvinHarris.htm , etc.
Edipo Rey:
Eliminar• Es razonable la crítica que haces de la “discriminación positiva de género”. Además das hasta 6 datos objetivos que apoyan lo que dices. Esta discriminación creo que es el resultado de la autocensura y de la falta de reflexión, que adopta la forma de lo “políticamente correcto”, que es fruto de la irracionalidad.
• Ahora bien, esto no tiene nada que ver con el tema de reflexión que he propuesto en mi texto.
Manuel I.
3 de octubre de 2017
Como siempre, un placer leerte vecino. En particular en estos días tan tristes en nuestra tierra.
ResponderEliminarA los jóvenes hay que ofrecerles igualdad de oportunidades. Una educación gratuita de de calidad para todos, independientemente de la situación económica de su familia. Pero a cambio ellos tienen que ser conscientes de que no se consigue nada sin esfuerzo.
Joaquin
Amigo Joaquín:
Eliminar• La expresión popular del “polo y la zanahoria” sintetiza bien lo que dices en tu comentario e ilustra muy bien el camino a seguir en la educación y la formación de la prole, para conseguir “destetarla”.
• Hoy, al volver a casa, después de meterme entre pecho y espalda mis 10 Km. de marcha rápida, he leído en el escaparate de una tienda de la franquicia “People & Fitness” tres máximas polivalentes e intemporales, cuya aplicación contribuiría a destetar a los jóvenes y a que tomen conciencia de que no “no se consigue nada sin esfuerzo”, como escribes tú. Te las brindo, gratis et amor, para que las rumies en este día de huelga general política de hoy, 3 de septiembre:
- “La única receta para el ÉXITO es PERSEVERANCIA + SACRIFICIO”.
- “La distancia entre EL QUERER y EL PODER se acorta con el ENTRENAMIENTO”.
- “Lo único imposible es aquellos que no intentas”.
Manuel I.
3 de septiembre de 2017
Estimado Manuel, como siempre has dado en el clavo. También suscribo lo manifestado por el "comentario" de Edipo Rey. Sin duda nos hemos equivocado desde hace muchos años, y conforme pasan los mismos el error no solo se mantiene sino que aumenta de forma exponencial. Yo tengo nietos, y cada día me peleo con mi yerno por el trato que les aplica, es blando cuando no se debe hacer nada y extremadamente riguroso en situaciones que no lo requieren. No tiene punto intermedio ni tiene idea como debe educar a sus hijos, de manera que yo en lo que puedo y puedo bastante los educo como Dios manda. Nada si nada hace y la parte proporcional a lo hecho. Nunca o muy escasas veces les compro nada, pero les soy mi protección y les enseño con corrección. Mi hija les inculca valores que su marido no sabe aplicar ni estimular y que yo si les apliqué a mis hijos cuando eran niños. El respeto a los mayores, a los maestros, a las persona insignes, a los profesores, y a los demás cuando se lo merezcan. No hay moviles, ni "tabletas" ni nada por el estilo. Existen el lápiz, el sacapuntas y el cuaderno (eso si, en su momento hubo caja de lápices de colores. Aún así mi nieto mayor tiene un coeficiente de 156, y la maestra le dice que no lea tanto, ¿que te parece?. Nos hemos confundido y vamos a pagar por ello. Ayer leí en un periódico una entrevista a una escritora marroquí. Decía que allí a los mayores no se les encierra en residencias sino que presiden la mesa y se les tiene en alto aprecio, y cuando mueren lo hacen en su casa con sus hijos, nietos o biznietos. Igual que aquí.
ResponderEliminarEstimado Manuel:
Eliminar• Coincidimos en que, por los resultados obtenidos y los comportamientos de los niños-adolescentes-jóvenes, algo estamos haciendo mal tanto los padres como los profesores. Tú das algunos ejemplos para ilustrarlo.
• Creo que muchos padres y profesores han olvidado de algo elemental: los niños-adolescentes-jóvenes tienen necesidad de que se les pongan límites o líneas rojas que no se pueden pasar. Y de estos polvos los lodos de la “generación de los blanditos”.
• Me ha llamado la atención que una profesora haya aconsejado a tu nieto que no lea tanto. ¡Que tropa de profesorado!
• El testimonio de la escritora marroquí sobre el estatus de los abuelos o de las personas mayores es muy significativo y denota la transformación y la deriva de la familia en las llamadas “sociedades desarrolladas” (?): si no produces y no consumes, sobras; y te meten en el vertedero de las residencias de la tercera edad, que no son más que los “asilos” del pasado. Sin embargo, en los “países atrasados” (?) del tercer mundo, los mayores son bibliotecas vivientes, que mantienen viva la cultura tradicional, que transmiten a los niños y jóvenes.
Manuel I.
3 de septiembre de 2017
El artículo es lacerante, por vivirlo día a día, salvo honrosas excepciones esta sobreprotección los deja indefensos, y la reacción inmediata es de exigencia, malhumor y siempre aburridos por tener demasiado.
ResponderEliminarMe ha encantado tu artículo, y yo voto por la tercera propuesta, Bendita Mili, para ellos y ellas.
ResponderEliminarConsidero que es la única manera de adquirir esos valores/pilares tan necesarios para el resto de tu vida (solidaridad, compañerismo, esfuerzo, sacrificio, disciplina, respeto...) y yo añadiría LA PACIENCIA que muchos de nosotros la adquirimos con la Carta de Ajuste. Estos jovenes se han educado en la INMEDIATEZ y viven en un corto plazismo que da miedo por el poco esfuerzo y compromiso que ese corto plazo conlleva. Los que no somos Millenials obtuvimos estos valores dentro del núcleo familiar (hermanos, padres, abuelos), hoy en día, los abuelos están en la residencia, los padres trabajando... con suerte tienes un hermano en la habitación de al lado, al cual envias un wasap de vez en cuando... Quién te va a transmitir y enseñar esos valores?
Estimada Cristina:
Eliminar• Me ha encantado la descripción de la familia española actual, que propones en tu comentario: “Hoy, los ABUELOS están en la residencia; los PADRES, trabajando; con suerte, tienes un HERMANO en la habitación de al lado, al cual envías un whatsapp de vez en cuando;... ¿Quién te va a transmitir y enseñar esos valores?”, te preguntas, para terminar.
• Y yo me permito responderte a mi manera: NADIE. Para transmitir valores, hay que interactuar y comunicar, si es posible, “face to face” (“vis-à-vis”), i.e. en carne mortal. Ahora bien, si intervenimos sólo en una comunicación empobrecida o si no interactuamos con nuestros semejantes, nos empobrecemos y nos vamos vaciando. Y luego, no tenemos músculo ético.
Manuel I.
3 de octubre de 2017
Es una sociedad liberalísta. El que puede obtener bienes no necesita nada más en ella. El sístema educacional es símbolo de lo mismo. Es lo que los vendedores quieren. Chiquillos controlables que vayan mareados y se comporten tal y como ellos quieren. Y se dediquen a llenar sus vidas con sus productos que ellos mismos van aproducir calladitos la boquita y borrguilmente. Atrás quedó la valía personal, los principios, el pundhonor, la entereza, la dignidad, el orgullo de valerse por si mismo, o cualquier otra cosa de semejante índole. Solo llena el consumo inutil de cachivaches que desorbitan los sentidos y no alientan el avance humano. Simplemente es eso. Asi que... para quien lo ha orquestado, todo está bien, feten, da buti, y de PM. Todos tienen lo que quieren y los altos tienen el dinero de todos. Simplemente. Punto y final.
ResponderEliminarAmigo Frank:
Eliminar• Es lamentable, como apuntas en tu comentario, que nos hayamos convertido en “máquinas de consumir”. En algún sitio, hace tiempo, leí una frase que viene como anillo al dedo y que rezaba más o menos así: “tenemos trabajos de mierda, para comprar mierda, que no necesitamos”. Y en esto se nos va la vida: en consumir y en producir basura.
• Como le he apuntado, ci-dessus, al habilitado Manuel, “pastichando” el “Cogito, ergo sum” de Descartes, “consumimos, luego existimos”. Cuando dejemos de hacerlo, seremos marginados y conducidos al matadero.
Manuel I.
3 de octubre de 2017
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarójala cambiaran las cosas en la UAB, pero me temo que no. Con profes como tú...
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