viernes, 27 de octubre de 2023

España: Estado Robin Hood y Estado anti-Robin Hood

 

En la Baja Edad Media, en Inglaterra, las autoridades civiles (aristócratas) y eclesiásticas vivían como genuinas cigarras jaraneras. Para mantener este estilo de vida, no dudaban en freír a impuestos a los campesinos de la gleba, manteniéndolos en situación de cuasi esclavitud. Por otro lado, estas cigarras dictaron leyes para combatir la caza furtiva en los bosques, propiedad de la nobleza, pero fuente vital de proteínas para los humildes. Este ecosistema provocó revueltas campesinas y el nacimiento de la leyenda de Robin Hood.

Este personaje de leyenda —diestro con la espada y el arco— vivía libre en el bosque, cazaba a discreción y se ponía por montera las leyes injustas de los poderosos. Y no sólo eso. Con sus compinches, se enfrentaba también a ellos y les robaba sus riquezas para compartir el botín conseguido con los pobres y necesitados. Por eso, Robin Hood, el Curro Jiménez español, suele ser considerado la encarnación del descontento social y el prototipo del bandido justiciero, que roba a los ricos para dáselo a los pobres, a los descamisados.

La leyenda de Robin Hood me ha hecho pensar en el comportamiento de la casta política, de alta cuna o de baja cama, a la que hemos encargado la gestión del Estado español. Por los actos de esta casta, el Estado español podría ser tildado, al mismo tiempo, de “Estado Robin Hood” y de “Estado anti-Robin Hood”.

El Estado Robin Hood

 

El Estado Robin Hood es el estado que se nutre del producto del sudor de aquellos que dan el callo, a los que sustrae una parte muy sustancial de sus ingresos pecuniarios. En el régimen tributario español, fuente principal de los recursos del Estado, una parte del sudor de los contribuyentes se recoge con dos tipos de impuestos: unos, “directos”; los otros, “indirectos”. Sin ánimo de ser exhaustivos y sin entrar en detalles, echemos sólo un vistazo a cada uno de ellos.

 

Los “impuestos directos” gravan el nivel de ingresos de los contribuyentes. Entre ellos, el más importante y productivo, para el Estado, es el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), que grava todos los rendimientos del trabajo. Es considerado un impuesto progresivo, ya que quien más gana es también quien paga mayores impuestos. En este 2023, hay 6 tramos progresivos, que van desde el 19% al 47%. Este impuesto alcanza casi el 40% del salario del trabajador medio español (i.e. casi 4 de cada 10 € del salario). Este porcentaje representa más de 5 puntos por encima de la media de la OCDE (34,6%). Y si el Estado necesita más liquidez, como sucedió en el primer trimestre de 2023, sube los porcentajes o aumenta el número de tramos y punto: la Hacienda Pública hace caja y problema resuelto. Pedro Sánchez actuó así y ganó por partida doble: por un lado, se apuntó el tanto de la subida del 8,5% de las pensiones; y, por el otro, cosechó más ingresos por IRPF (+19%). Así, más de lo que dio con una mano lo quitó con la otra. Aunque sólo fuera por estos porcentajes depredadores, el Estado español puede y debe ser tildado de “Estado Robin Hood”, al esquilmar a todos los contribuyentes. Ahora bien, los ingresos de Hacienda se incrementan también por otras vías: los impuestos indirectos.

Los “impuestos indirectos” gravan el consumo de los ciudadanos. Entre ellos, el más importante es el “popular” o “impopular”, según se mire, IVA (Impuesto Valor Añadido), que queda reflejado en la factura de todo aquello que mercamos. En este 2023, hay tres tipos de IVA, dependiendo del producto comprado: el “IVA superreducido” (4%), para los alimentos básicos; el “IVA reducido” (10%), para el resto de productos alimenticios; el “IVA general” (21%), que es el más común, para el resto de bienes y servicios. En 2023, ante la grave situación económica que estamos viviendo y ante la subida constante de los productos básicos (cesta de la compra), el Gobierno de España ha tenido la delicadeza (?) y la gentileza (?) de bajar temporalmente el IVA “general” y el “reducido”, y de suprimir el “superreducido”. Pero, a pesar de esto, los precios no han dejado de subir escandalosamente. Además, y aunque  la inflación no esté controlada (vamos para bingo, con más del 4%), estas rebajas desaparecerán en enero de 2024. Como siempre, lo que el Gobierno da con una mano lo quita con creces con la otra. En efecto, a pesar de estas reducciones, Hacienda, como un eficiente Robin Hood, continúa ingresando cada vez más.

Sumando lo que el Estado-Robin Hood, con su política “extractiva”, nos expolia tanto con los impuestos directos como indirectos, los economistas han constatado que más de la mitad de los ingresos de cualquier ciudadano medio español se los queda el Estado. Este saqueo o rapiña o confiscación o sablazo económico tendría su justificación y hasta sería lógico, razonable y necesario, si el Estado español fuera sólo y realmente un genuino “Estado-Robin Hood”, que recauda impuestos para consolidar y mantener, “comme il faut”, el estado del bienestar. Pero, no es el caso. Por su gestión, el Estado español es, en realidad, un “Estado anti-Robin Hood”.

 El Estado anti-Robin Hood

¿Para qué tantos impuestos, extorsionados y amasados por el “Estado Robin Hood? La sanidad, la educación, la seguridad, los servicios sociales,… van de mal en peor y se degradan paulatinamente, a ojos vistas, desde hace años. Por lo tanto, en éstos y en muchos otros sectores del estado del bienestar, los impuestos recaudados no son invertidos o no lo son en la cantidad necesaria para satisfacer las necesidades vitales de los ciudadanos. Entonces, ¿en qué se gastan o malgastan o despilfarran los recursos públicos, producto de todo tipo de impuestos? La respuesta la obtenemos si tenemos en cuenta la verdadera catadura del Estado español que, en vez de ser sólo un “Estado Robin Hood”, es sobre todo y ante todo un “Estado anti-Robin Hood”.

 

En efecto, este Estado se ha olvidado y se olvida, por un lado, de las necesidades de la sociedad española (en educación, sanidad, seguridad, servicios sociales, etc.); y, por el otro, también de las promesas electorales, de sus votantes y de los principios y valores que deben informar toda acción de gobierno democrático. Y, en consecuencia, sólo se ocupa y preocupa de satisfacer a aquellos que se han encaramado al poder (casta política de alta cuna o de baja cama) y a aquellos que les ayudaron a ello (batallones de militantes empotrados en la Administración, amigos y compañeros de viaje, y medios de comunicación “apesebrados”).

Moraleja

Como ha propuesto Javier Milei para Argentina, habría que entrar   decididamente con la motosierra en el cuerpo del Estado anti-Robin Hood, que está empobreciendo a los ciudadanos, que está destruyendo a la clase media y que está incrementando los millones de españoles que no pueden llegar a fin de mes. Y esto parece que se agravará en 2024. Por eso, habría que someter a las Administraciones públicas a una dieta de adelgazamiento. Así, en ciertos sectores (no, en educación, sanidad, seguridad, servicios sociales y otros servicios fundamentales), se podría acabar, con los michelines mórbidos del Estado (superfluo gasto político) y con las voraces sanguijuelas (legiones de trabajadores públicos y no me refiero a los funcionarios, cientos de diputados, 17 gobiernos autonómicos y sus respectivas superestructuras, ONGs sin cuento, etc.). Tanto aquellos (los michelines) como éstas (las sanguijuelas) sólo producen gasto y burocracia o “burrocracia”; y han degradado y están degradando el estado del bienestar y las cuentas públicas, con un déficit (el 4,73% del PIB, en 2022) y con una deuda pública (que ronda ya el 113% del PIB, i.e. 1,5 billones de €) galopantes y sin control; y, según ciertos economistas, inasumible. O “Estado del Bienestar” o “Estado anti-Robin Hood”. ¿O bienestar para la gran mayoría de los ciudadanos o pesebre y cubil para esas cigarras jaraneras de la casta política? “That’s the question!

 

  • © 2023 - Manuel I. Cabezas González
  • https://honrad.blogspot.com/
  • Publicado también en El Confidencial Digital, Diario 16, La Paseata, VegaMediaPress, Las Voces del Pueblo, Insurrección Magisterial, Voz Ibérica, Periodista Digital, InfoHispania, La Tribuna del País Vasco, Revista Rambla, Alerta Digital, Off The Record, Periódico El Buscador, Cerdanyola al Día  y ÑTVEspaña
  •  23 de septiembre de 2023

5 comentarios:

  1. Al leer tu nota, en la que encuentro algunos puntos de coincidencia y otros de los cuales ignoro, me surge la pregunta de si cuando publicamos algo y hacemos citas o referencias, damos por sentado estar de acuerdo o no con sus autores.
    Cuando se cita a alguien, se puede hacer por repetir un textual de su autor, para apoyar un pensamiento propio de alguien destacado que nos ayude a clarificar un concepto o; por el contrario, para estar en contra de él, por apoyo ideológico, etc..
    En este caso, citar a Javier Milei, siempre en mi visión, es un acto fallido. El tiempo aclarará las cosas (aunque sería mejor no llegar a eso), pero considero que su discurso de odio hacia la "casta política (de alta cuna y de baja cama)", es como el canto del tero, que grita en un lado pero los huevos están en otro. Utiliza el justificado desprecio hacia los gobernantes, para llevar sus intereses hacia otro tipos de castas, no menos nocivas para los pueblos, la del poder concentrado, los oligarcas, los buitres financieros, los militares asesinos.
    Volviendo al punto de las citas, pongo aquí algunas célebres (por su origen), que quedan a disposición para ser utilizadas en alguna futura publicación:

    "No me importa lo que piensen los demás. Soy el juez, el jurado y el verdugo de mi propia justicia". Idi Amin Dada

    "Tal como se siente hambre si no se come, así también se empobrece la cabeza si no se lee diariamente el periódico". Kim Il Sung

    "Debe procurar que solo engendren hijos los individuos sanos, porque el hecho de que personas enfermas o incapaces pongan hijos en el mundo es una desgracia, en tanto que el abstenerse de hacerlo es un acto altamente honroso". Adof Hitler

    "Para no generar protestas dentro y fuera del país, sobre la marcha se llegó a la decisión de que esa gente desapareciera; cada desaparición puede ser entendida ciertamente como el enmascaramiento, el disimulo de una muerte". Jorge Rafael Videla

    "La paranoia es una forma de conciencia, y la conciencia es un forma de amor". Charles Manson

    No existen caminos rectos en el mundo; debemos estar preparados para seguir un camino sinuoso y no tratar de conseguir las cosas a bajo precio". Mao Zedong

    Miguel Laporte

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    1. Estimado Miguel:

      · Cuando al final de mi texto cité a Javier Milei, sabía que ibas a reaccionar como lo has hecho, poniendo el grito en el cielo.

      · Yo simplemente he escrito, y lo volvería a escribir, que en España hay que entrar, como se propone hacer Milei, si gana las elecciones presidenciales en Argentina, el próximo 19 de noviembre, con la motosierra para desbastar los michelines mórbidos (i.e. el exceso y desproporcionado gasto político) del Estado español.

      · Por tu “feedback”, deduzco que, si los argentinos le dan un voto de confianza a Milei, consideras que será una gran desgracia para Argentina la llegada al poder — con la ayuda, por el momento, de Patricia Bulrich y Mauricio Macri— de este liberal-anarquista, dispuesto a utilizar la motosierra para podar las ramas secas o los “chupones” de la estructura del Estado argentino, que suponen un coste despilfarrador y que no aportan nada para mejorar la vida de tus compatriotas.

      · Como dice un refrán español, el tiempo da y quita razones, sin que nosotros le preguntemos nada. Esperemos al 19 de noviembre y, sobre todo al post-19N. Milei tiene un plan para varias décadas, con tres etapas y con objetivos precisos para cada una de ellas. Según él, Argentina puede volver a ser lo que fue en el pasado —cuando 5 ó 6 vecinos de mi pueblo, a principios del s. XX, emigraron a Argentina y volvieron con plata (se les llamaba “indianos”) — i.e. uno de los países más ricos del mundo.

      · Por lo que respecta a las citas que me envías, las doy por no recibidas y quiero responderte estableciendo una analogía entre unos versos sobre la “verdad” de Antonio Machado, cuya tumba visité la semana pasada en Collioure (Francia), y la cosecha de citas. El poeta español escribió en uno de sus poemas:

      ¿Tú verdad? no, la verdad;
      y ven conmigo a buscarla.
      La tuya guárdatela.

      · Y, a propósito de las citas, quiero precisarte que yo no voy buscando o pidiendo o mendigando citas. Simplemente leo y cuando, leyendo, me encuentro algún concentrado de sabiduría, que llame mi atención y que me impresione, sólo entonces la anoto en mi cuaderno de citas para ser utilizada, como cita de autoridad, en mis textos.

      · Creo que próximamente compartiremos mesa y mantel y, por supuesto, verbo. Entonces, en carne mortal, podremos parlamentar a calzón quitado, sobre tu punto de vista y el mío, sobre lo divino y lo humano, “de la pluie et du beau temps”, como dicen los franceses.

      Un abrazo.

      Manuel I.
      29 de octubre de 2023

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    2. Apreciado Miguel, no nos conocemos. No obstante, he leído tu comentario con atención y quiero añadir lo siguiente: la democracia es una forma más de gobierno, pero no la única. Pienso, sinceramente, que somos un país con suerte al definirnos y profesar la democracia, pero hemos de tener en cuenta que no es apenas participativa: sólo cuentan con nosotros para votar en el caso de elecciones o referéndum. Y hay un yus abutendi clarísimo por parte de nuestros gobernantes. El tema es que no hay forma de parar este abuso y la gente empieza a plantearse otras cuestiones como por ejemplo, la desobediencia, porque el malestar es creciente, asfixiante. Nos reímos de los demás gobiernos. Quedan lejos. No obstante, algunos consiguen sus objetivos y eso es lo que todos queremos, que nuestros gobernantes se alíen con sus pueblos y los sirvan. Porque, tal vez, antes de disfrutar de la mejor forma de gobierno existente, lo que hay que hacer es un expurgo relevante de gentuza oportunista. Con unos, porque dictan leyes injustas y porque nos endeudan y con los otros, porque no se imponen y se allanan a los abusos. Qué duda cabe que la democracia hay que trabajarla y ganarla y que hoy por hoy, cualquier experimento político tiene más interés, por dislocado que sea, que este continuismo manso en el cual nos hallamos inmersos.

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    3. Contertulio Ramòn, agradezco su respuesta y a modo de pequeñísima presentación, le cuento que soy argentino, de 66 y desde hace un año estoy viviendo, ya en forma permanente, o hasta que me expulsen, en Barcelona. Señalo expresamente que vengo de Argentina, porque es importante saber en qué circunstancias uno forma su pensamiento. Como diría Ortega y Gasset, “yo soy yo y mis circunstancias” (ya me quiero parecer a Manolo con las citas).
      Con respecto a la democracia (la nuestra tiene apenas 42 años) es algo que debemos cuidar y perfeccionar solo con más democracia y más participación. En esta época, donde las comunicaciones han avanzado de tal forma, que desde cualquier ordenador o móvil estamos en condiciones de transferir todo el dinero que queramos y tengamos, tener una conversación face tu face con alguien, comprar lo que se nos ocurra, desde donde estemos parados, a lugares alejados por miles de kilómetros; sin embargo, todavía no se ha implementado ningún método de participación directa, que no solo nos permitan participar cada dos o cuatro años, en épocas electorales, sino que seamos consultados, sobre todo en temas centrales, ya sean locales o nacionales, para de este modo ir eligiendo que forma de vida queremos.
      En cuanto a los experimentos políticos debo decir que no estoy de acuerdo a que debamos jugar a la ruleta rusa como sociedad y, particularizando en el esperpento de Javier Milei, a todas luces se puede observar que no saldría bien. Su principal idea fuerza, la motosierra (citada en el comentario por Manolo) contra la casta política, quedó desvirtuada a las 24 horas de cerrados los comicios, donde su soberbia no le permitió ver que no saldría primero y por tal motivo recurrió de inmediato al peor de la casta, Mauricio Macri, a que le dé su apoyo para el próximo balotaje. Nada bueno puede surgir desde la ultra derecha (se puede quitar lo de ultra también), ni de personajes desquiciados y mesiánicos.


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  2. Me gusta el símil de Robin, aunque en Inglaterra, como siempre, se nutren de LEYENDAS. No así en España, en donde bandoleros que asaltan a ricos luego son generosos con los pobres. Los bandoleros, cosa curiosa, casi siempre nacen en Andalucía o en Cataluña. Aquí tenemos sobrados ejemplos, con las luchas de Nyarros y Cadells, nobles con remensas y luego, modernamente aunque de forma muy tenue, el MIL, del cual conocí a uno de sus componentes que atracaba bancos y luego daba parte del dinero robado a los payeses de Lérida. Esto último nunca me lo he acabado de creer, porque conocí al tipo en mi juventud y estaba un poco faltado de cacumen. En Andalucía el famoso Curro. Sé que hubieron muchos más, todos devotos de la Virgen y del Cristo, pero asesinos redomados que repartían dinero supongo que a modo de indulgencias. Pero centremos el tema, porque de lo que se trata no es de crear una nueva leyenda, sino de escribir una verdadera utopía para conseguir una España mejor; hacen falta bandoleros, sí. Y también, deshacernos de estos otros bandoleros que nos esquilman legalmente y que luego entregan 400€ a nuestros jóvenes al cumplir 18 años. Este asunto hay que resolverlo atacando las sedes de Hacienda, los furgones blindados, el centro de multas de tráfico de León y, por supuesto, el Banco de España, el Sabadell, La Caixa, etc, etc, etc. También y al mismo tiempo que se expolian y expropian en nombre de la libertad colectiva todos estos entes mal llamados públicos, ocupar todos los pisos del Banco malo y también del bueno. Hacer que nuestros jóvenes se encarguen, en hora señalada y minuto concreto de un mismo día, de cambiar todas las cerraduras de todos los pisos de los bancos y ocuparlos gratuitamente para acabar con la especulación. Y fruto del expolio bandolerista, repartir el monto de los ingresos generados en Guadalajara, Cáceres o Almería, por poner un ejemplo, teniendo en cuenta que así es como debe finalizar la primera parte del plan. La segunda, la definitiva, tiene que ver con otro estado Hispanoamericano, al modo Buquele. (No sé cómo se escribe). Y dar con todo el parlamento/senado, sin juicio previo, en Cuatro Caminos, Carabanchel, Can Briáns, Herrera de la Mancha o mazmorras varias que en España las hay desde tiempo inmemorial. Dar de comer a los reos los días impares y sólo pan y agua, con algún que otro latigazo. vestirlos de saco, hacerles fregar la celda con la lejía del mes pasado, la que huele y llevarlos a todos con grillos y cadenas un cuarto de hora al patio., también en días impares. Cargar también con los funcionarios al servicio de la política haciéndoles construir carreteras, pantanos, piscinas públicas, centros hospitalarios, universidades, hornos de pan públicos. Que los trabajos forzados sean la salvación que les permita seguir vivos. Y ahora, vamos con el nuevo gobierno, acabando de una vez por todas con la manida frase de Lampedusa que dice que las revoluciones sirven para que todo continúe igual. ¡Menudo majadero! No. Necesitamos grupos de profesionales del derecho, de la ingeniería, de la mecánica, de la medicina, de la tecnología. Gente preparada, no cajeros de supermercado o lampistas filósofos. Y estructurar la vida social empezando de nuevo, sin hipotecas, sin cortapisas, sin dificultades. ¡Tecnócratas, por qué no! Poner al frente de las responsabilidades a la gente que sabe manejarlas. Esto, que parece un cuento más o menos divertido pero también amargo, es una intuitiva vía de escape al expolio que sufrimos. Por suerte, muchas espaldas ya se han doblado, hay gente que ya no quiere continuar, el descontento crece, las personas nos revelamos, hay descontento, ganas de desobedecer e idea de cambio. El problema es que parece que queramos aguantarlo todo, aunque yo creo que muy pronto, la idea de encarcelar mangantes y dar un vuelco a todo se impondrá, y pienso que lo veremos.

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