· En la conclusión de nuestra última entrega, afirmábamos que, en Cataluña, el catalán ha dejado de ser instrumento de comunicación y se ha transformado en símbolo, en bandera y en arma en la lucha política. Hoy, vamos a profundizar en esta idea y, para ello, escuchemos lo que dice la lingüística (la ciencia del lenguaje y de las lenguas naturales) sobre lo que son (naturaleza) y para qué sirven (función) las lenguas y el lenguaje.
· Como ha quedado demostrado en la primera
entrega de estas Mentiras sobre la
política lingüística en Cataluña, las “lenguas naturales” son, según
el padre de la lingüística moderna, F. de Saussure, el producto, la manifestación o la
materialización de la “facultad del lenguaje”. Se podría decir
que, entre el lenguaje y las lenguas, se establece la misma relación que existe
entre el fuego y el humo: sin fuego, el humo no puede existir; sin la facultad
del “lenguaje”,
no habría “lenguas”.
·
Además, como complemento de lo anterior y siempre según el lingüista de
Ginebra, las lenguas naturales son un “producto social” y no un producto
de la “terra”, como pretenden los nacionalistas. Por eso, las lenguas,
como producto social, son fruto de un pacto o compromiso o acuerdo, adoptado
por un grupo humano, para hacer posible y facilitar la vida en sociedad. Sin
esta herramienta, ni la organización social, ni el progreso cultural, científico
y técnico no se hubieran producido. Por eso, nos encontramos ante uno de los
elementos fundacionales de la vida social humana.
·
El lingüista ruso R. Jakobson, otro de los progenitores alfa de la
lingüística moderna, fue el primero que propuso un esquema bastante completo de
la comunicación humana y de las funciones del lenguaje, en un célebre ensayo de
1960, titulado “Lingüística y Poética”. Según este lingüista moscovita,
para que la comunicación humana funcione, es necesaria la presencia simultánea
de 6 elementos o factores: un emisor que produce y envía mensajes
a un receptor, que los recibe y los descodifica; unos referentes o
contextos, sobre los que versan los mensajes; un canal, que permite
establecer y mantener la comunicación, y transportar los mensajes del emisor al
receptor; y un código o lengua, que debe ser común al emisor y al
receptor.
·
A cada uno de estos factores de la comunicación, siempre según R. Jakobson,
corresponde una función lingüística diferente (emotiva, poética, conativa,
fática, comunicativa o referencial y metalingüística). Ahora bien, según
el lingüista checo, V. Mathésius,
de todas estas funciones, la función predominante y fundamental es la función comunicativa o referencial, porque estadística y
pragmáticamente representa el cometido esencial de la mayor parte de los
mensajes que circulan entre los interlocutores.
· Según la función comunicativa o referencial, las lenguas naturales son
principalmente instrumentos que sirven para intercambiar información en el seno
de una determinada comunidad humana. Dicho con otras palabras, las lenguas
naturales son utensilios que permiten a sus usuarios entrar en relación los
unos con los otros y que aseguran el comercio verbal y la comprensión mutua.
Para conseguirlo, emisor y receptor, como ha quedado dicho ut supra, deben imperativamente conocer y utilizar la misma
lengua.
·
Esto es lo que dice la lingüística
sobre el funcionamiento de la comunicación humana, sobre las lenguas naturales
y sobre su función (uso, empleo, finalidad) prioritaria y fundamental. Ante
estas evidencias científicas, debemos formular algunas consideraciones y
extraer algunas conclusiones para continuar denunciando las mentiras de la
política lingüística de los sucesivos Gobiernos de la Generalitat:
1. Para F. de Saussure, las lenguas son “productos
sociales”, resultado de la vida en común de los seres humanos. Por lo
tanto, desde esta concepción, se puede y se debe hablar “de la lengua o de
las lenguas propias de los habitantes de Cataluña”, pero nunca de “las
lenguas propias de Cataluña” y todavía menos de “la lengua propia de
Cataluña”. En efecto, la “terra” de Cataluña es estéril, yerma, machorra.
Los únicos que son portadores de los óvulos y de los espermatozoides, que hacen
posible la concepción y el nacimiento de las lenguas, son los seres humanos,
que viven y trabajan en Cataluña (así definió J. Pujol, en su día, a los
catalanes). Y en Cataluña, son estos portadores de la facultad del “lenguaje”
los que han creado y tienen “lenguas propias” diferentes (español,
catalán y otras 100 lenguas más).
2. Para R. Jakobson, la comunicación sólo
puede establecerse y funcionar si se
produce una presencia simultanea de los 6 factores, citados ut supra, y, en particular, si el
emisor y el receptor utilizan una lengua común.
·
En la sociedad catalana ordinaria, en la que las dos partes mayoritarias
de la población utilizan el español y el catalán, los locutores ajustan, en
general, la lengua utilizada al interlocutor que tienen en frente. En este
comportamiento, prima el éxito de la comunicación y éste está por encima de
cualquier otra consideración. Esta conducta denota, por parte de los
interlocutores catalanohablantes o hispanohablantes, un respeto escrupuloso de
una de las reglas más elementales de educación o cortesía lingüística: utilizar
siempre la lengua común a los interlocutores. Por lo tanto, en la sociedad
catalana ordinaria se practica y se vive
—sin problemas, ni traumas, ni complejos— el “bilingüismo
funcional”, sobre el que se fundamenta la paz y la armonía sociales en
Cataluña.
·
Sin embargo, en situaciones de comunicación más formales e institucionales
(medios de comunicación, sistema educativo, organismos oficiales e
instituciones varias), se ha impuesto, manu militari, el “monolingüismo”
de la llamada impropiamente “la lengua
propia de Cataluña”, el catalán. Al proceder así, los talibanes
lingüísticos violan una de las reglas de educación lingüística, de la que
depende el éxito y la eficacia de la
comunicación: utilizar la lengua del interlocutor, si éste no conoce la tuya o
si tiene una competencia deficiente; además, rechazan y desprecian una de las
aportaciones de la lingüística, relativa a la función prioritaria y fundamental
de las lenguas: hacer posible el comercio lingüístico y el intercambio de
información. Así, en aras de intereses y objetivos espurios, identitarios,
esencialistas y partidistas, estos talibanes lingüísticos no tienen
inconveniente en servir de ejemplo arquetípico
para ilustrar lo acertado de este pensamiento de Kierkegaard, que
les viene como anillo al dedo: “¡Qué irónico es que precisamente por medio
del lenguaje un hombre pueda degradarse por debajo de lo que no tiene lenguaje!”.
3. Para R. Jakobson y para los lingüistas, las
lenguas naturales son puentes entre los seres humanos; son, como escribió J.
Russell Lowell, “las abejas que llevan el polen y el néctar de una
inteligencia a otra”; son los instrumentos que permiten que la información
fluya entre los miembros de una comunidad humana determinada; son la vaselina
que lubrifica la vida social; son la argamasa que cimenta y cohesiona las
sociedades humanas, etc.
·
Ahora bien, cuando se vive y se trabaja en las mal llamadas “comunidades con
lengua propia” y que habría que llamar “comunidades de ciudadanos bilingües
o multilingües”, ya que son sus habitantes (y no los territorios) los que tienen lenguas propias diferentes, uno no tiene más remedio que constatar
que habita en un mundo que no responde ni a la lógica ni a los dictados de la
razón, del sentido común y de las aportaciones de la lingüística. Cataluña, por
poner un ejemplo paradigmático, es el mundo al revés, es la cara nocturna,
malvada y perversa del Doctor Jekyll.
·
En efecto, por un lado, los nacionalistas, que han monopolizado el poder desde la Transición, han
tergiversado, alterado y prostituido la función natural y prístina de las
lenguas naturales en Cataluña. Además, al preconizar e implantar el “monolingüismo”
en catalán, con medidas coercitivas y con la “inmersión
lingüística”, han violentando el normal y natural sistema de
comunicación que existía y existe en la sociedad catalana (“bilingüismo
funcional”). En fin, han utilizado la cuestión lingüística, que no plantea
ningún problema en la sociedad catalana, como un arma de lucha política y de
conquista y de monopolio del poder, como un instrumento de división, de
discriminación, de marginación,... de la mayor parte de la sociedad catalana.
·
Las implicaciones y consecuencias de este “monolingüismo en catalán” son
harina de otro costal y serán objeto de otros análisis y de otras cogitaciones
en próximas entregas de estas “Mentiras sobre la política lingüística en
Cataluña”.
Coda: « Je ne demande pas à être approuvé, mais à
être examiné et, si l’on me condamne, qu’on m’éclaire » (Ch. Nodier).
© Manuel I. Cabezas González
Publicado en Diálogo Libre y Bottup.
27 de marzo de 2013
NO hay en todo el mundo una lengua impropia, ni seres impropios.
ResponderEliminarHola, de nuevo te agradezco tus letras pues son para mí orgullo de buen saber y bien hacer.
ResponderEliminarMuchas gracias y un saludo cordial