· Según Plutarco (cf. Vidas paralelas), la expresión “Cartago
delenda est” (“Carthago debe ser
destruida”), que he tomado prestada para titular este texto, es atribuida a
Catón el Viejo. Este senador
romano la utilizaba siempre, como un
mantra, al final de todos sus discursos en el Senado romano, durante los años
que precedieron a la tercera y última Guerra Púnica (149 a. C.-146 a. C.), que provocó la
destrucción definitiva del peligro que representaba, para Roma, la poderosa ciudad
de Cartago. Y este punto de vista de Catón era suscrito también por buena parte de
los ciudadanos romanos.
· Con lo que
está cayendo, la cita de Catón el Viejo les viene como anillo al dedo a los
miembros y “miembras”, como diría la
ínclita Bibiana Aído, de la casta
política española: de viejo o de nuevo cuño; de derecha, de centro o de
izquierda. En efecto, como Cartago, por muchas y variadas razones, la casta política española “delenda est”
también. Este veredicto se lo ha ganado a pulso y es, además, un clamor popular,
según los últimos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS):
los políticos son el segundo problema más grave e importante para los españoles.
Como dicen los catalanes catalanoparlantes, anem per feine.
· Para llegar al poder, los miembros de la casta
política española prometen la luna y todo aquello que halague los oídos de los
ciudadanos. Pero, una vez llegados al poder, sufren una metamorfosis y padecen
una amnesia que les hace olvidar todo aquello que prometieron. Como muestra, un
botón reciente: después del 20N de 2011, el PP vive en una contradicción
permanente, haciendo lo contario de lo ofrecido y prometido a los electores. Y
lo mismo podría decirse de los electos municipales y autonómicos de todos los
partidos políticos. El poder bien vale una mentira o las que haga falta. Los de
la casta política son mentirosos y caraduras; han perdido toda
credibilidad; y han empezado a recibir la penitencia de la que habló
Aristóteles: “El castigo del embustero es no
ser creído, aunque diga la verdad”. Y, aunque sólo fuera por esto, la casta política hispana delenda est”.
· Para controlar el poder y permanecer en él “sine die”, los de la casta política electa de todos los niveles y
de todos los partidos se rodean de un ejército
de personas de confianza,
compuesto de familiares, amigos y compañeros de partido, a los que hay que dar
pesebre y cubil. Esto constituye un ejemplo claro de nepotismo y un ejemplo de
cordón sanitario, que les permite asegurarse el control del poder y la permanencia
en él, así como el disfrute de las prebendas del mismo, para sí y para los
suyos. Son sectarios, egoístas y digitales (por lo de los nombramientos
a dedo). Y, aunque sólo fuera por
esto o también por esto, la casta
política hispana delenda est”.
· Además del ejército de personas de confianza, los de la casta política —sin músculo
intelectual, indocumentados e incompetentes— se rodean igualmente de una legión de asesores fieles, tan
incompetentes e indocumentados como ellos. Suelen ser también amigos,
familiares o conmilitones del partido a los que se les dan unas canonjías
suculentas. Esto y el nepotismo del que acabo de hablar dejan mano sobre mano a
los competentes funcionarios, que
superaron unas oposiciones, convocadas en función de las necesidades de la
administración de la “res publica”. Son
indocumentados,
partidistas e incompetentes; además, han salido del todo a cien de los
partidos. Y, aunque sólo fuera por esto o también por esto, la casta política hispana “delenda est”.
· Por otro lado, en la
conquista, en el ejercicio y en el disfrute del poder, los de la casta política
han prostituido la democracia española, desnaturalizando este sistema de
gobierno y transformando a España en una auténtica “Granja Orwelliana”. En efecto, y esto vale para todos los partidos,
la separación de poderes no es una
realidad por estos pagos. Aquí, hace ya muchos años que Alfonso Guerra certificó la muerte de Mostesquieu y dio un aviso para navegantes: el que se mueva no
sale en la foto. De aquellos polvos, estos lodos: la casta política ha colonizados todos los
resortes del poder y monopoliza los tres poderes (el legislativo, el ejecutivo
y el judicial). Y no piensa en servir a la ciudadanía sino en servirse del
poder en beneficio propio, de sus familiares, amigos y compañeros de partido. Por
eso, los ciudadanos estamos mayoritariamente, no en contra de la democracia,
sino en contra del funcionamiento de este sucedáneo de democracia. Las hemerotecas
están ahí para ratificarlo. Los de la casta política han sido los asesinos y
los enterradores de la misma. Y, aunque sólo fuera por
esto o también por esto, la casta política hispana “delenda est”.
· En esta democracia a la española, el despilfarro,
la corrupción y el latrocinio son las señas de identidad de la casta política;
constituyen la moneda de curso legal que la casta ha puesto en circulación.
Estos tres atentados contra la democracia son fenómenos transversales y
generalizados, afectan a todos los partidos, que actúan como verdaderas
familias mafiosas, que van escribiendo una enorme enciclopedia Espasa, a la que
van añadiendo, cada día, nuevos volúmenes de fechorías. Se sienten impunes y actúan
en consecuencia. Y cuando son cogidos con las manos en la masa, se defienden
como gato panza arriba, dilatando los procesos, apelando a instancias
superiores para seguir dilatándolos y para ser absueltos por esos jueces que la
casta política ha aupado y nombrado. Y si, por casualidad, son condenados, ahí
está el gobierno de turno para indultarlos y enmendar la plana a los tribunales
que se atreven a impartir justicia: hoy, por mí; mañana, por ti. Y la casa sin
barrer. Como escribió, hace unas semanas, Ernesto
Sáenz de Buruaga, “estamos
rodeados de ladrones. Unos nos roban el dinero, otros los sueños, muchos las
ilusiones, todos la esperanza. […] La corrupción tiene nombres y apellidos.
Nos están robando el futuro. No son
líderes, sólo ladrones”. Y, aunque
sólo fuera por esto o también por esto, la casta
política hispana “delenda est”.
· Por todas estas
razones, contundentes y de peso (y no he querido ser exhaustivo), la casta
política ha despilfarrado los recursos públicos, poniendo en peligro nuestro
Estado del Bienestar, ha erosionado los derechos de los ciudadanos y ha
prostituido todo aquello que ha tocado:
la economía, la política, la educación, la cultura, la convivencia, etc. Por
todo ello, hay que repetir, una y mil veces, como lo haría hoy Catón el Viejo: la casta
política hispana "delenda est”. Y no sólo esto. Los ciudadanos debemos
también pasar de las palabras a los actos para desalojar de sus poltronas a los
de la casta política gobernante, responsable
de todos nuestros males. O, mejor aún, como ha declarado recientemente Alberto Vázquez de Figueroa al ser
preguntado sobre las soluciones posibles, “no se saca
nada con meterlos en la cárcel. A muchos de ellos habría que fusilarlos o
ahorcarlos en la plaza pública”, y no precisamente, puntualizaba, en
sentido figurado. O, como ha propuesto Ernesto
Sáenz de Buruaga, “es el
momento de ir a por ellos antes de que ellos vengan a por nosotros”. O,
como propondría hoy Catón el Viejo, la casta
política hispana “delenda est”.
© Manuel I.
Cabezas González
Publicado en Diálogo Libre, La Crónica de Guadalajara, Cerdanyola.info, Tot Cerdanyola y Bierzo7.
1 de marzo de 2013
La casta política hispana "delenda est"
ResponderEliminarAsí sea
"...debemos también pasar de las palabras a los actos para desalojar de sus poltronas a los de la casta política gobernante".
ResponderEliminarLa yesca está lista.... quien la enciende?
Anónimo 13 de marzo de 2013 23:04,
Eliminar· Cuando la yesca esta lista y está seca, la más mínima chispa la puede encender. Y eso es lo que sucederá aquí, en España.
· En efecto, la olla sigue cogiendo presión y lo previsible es que en cualquier momento explote. Todavía no hemos tocado fondo. Lo peor está por llegar y esto será la chispa, la gota que colme el vaso.
Vivir para ver. E l tiempo dará o quitará razones.
Manuel I.
Denunciar el cinismo de los politicos tambien es motivo de un "delenda est": denuncian en otros lo que ellos mismos practican sin impunidad y hasta la saciedad. Ver a continuación
ResponderEliminarhttp://noticias.lainformacion.com/economia-negocios-y-finanzas/psoe-e-iu-son-los-partidos-que-mas-dinero-pidieron-a-bankia-en-la-era-rato_UpPWGFhXfPN6LVeDCxeGB5
"delenda est" a esta casta política, a estos pozos de ambición, a estos aniquiladores de ilusiones y felicidad. Subscribo. Suso.
ResponderEliminarEn los foros mucho hablar, pero ellos mucho trincar y siguen tan panchos y preparando su reconversión para seguir medrando con el mismo engendro de democracia a la española, y otra de gambas ó de lo que sea.Si no los echamos no se irán
ResponderEliminarmuy bien, pero es lo que hay.
ResponderEliminarAnónimo 19 de marzo de 2013 17:41,
EliminarAnte tu comentario me ha venido a la mente un frase que escuché hace ya bastante tiempoo: "SI LUCHAMOS, PODEMOS PERDER. SI NO LUCHAMOS, ESTAMOS PERDIDOS".
Manuel I.
delenda est tarugo ciriaco de vicente psoe
ResponderEliminarvacuna arn mensajero....¿la solucion final?
ResponderEliminar