jueves, 3 de marzo de 2022

“Nos han dejado solos”, se quejan los ucranianos, ante la invasión-ocupación de Ucrania por Rusia

 

Yo no soy politólogo, ni geopolítico, ni especialista en derecho o relaciones internacionales, ni militante de lo políticamente correcto. Además, no pretendo ni quiero ser nada de todo eso. Soy simplemente un ciudadano que piensa, que reflexiona y que se hace muchas preguntas, guiado por la doctrina de la “honestidad radical” y que se alimenta de valores y principios intemporales, de lógica  y de sentido común.

Imaginemos que mi vecino Miguel invade mi casa para imponerme cómo debo reformarla y organizarla, a quién puedo recibir, cómo deben ser mis relaciones con otros vecinos o amigos, etc. Esto sería un atropello en toda regla de ese bien, tan preciado, que es la libertad. Y sería inaceptable desde cualquier punto de vista. Pues bien, eso mismo es lo que está sucediendo con Rusia y la vecina Ucrania, a la que se quiere privar de su soberanía y obligarla a comulgar con ruedas de molino.

Terminados los JJ.OO. de Invierno en China (4-20 de febrero) y como presagiaba un secreto a voces, en la madrugada del 23 de febrero, el ejército ruso violó las fronteras de Ucrania por el norte, por el sur y por el este, provocando el pánico entre la población ucraniana y una diáspora interior y exterior de centenares de miles de ciudadanos, que huían de los peligros y destrucciones de una guerra incipiente. Ante esta invasión-ocupación, los países occidentales (Unión Europea, EE.UU. y OTAN) no han hecho nada efectivo para pararlas. Sólo han tomado medidas económicas, financieras, comerciales y sociales, y han enviado armas, que no han hecho recapacitar y rectificar a Putin, que sigue con la invasión-ocupación, provocando muerte, destrucción, angustia y desplazamientos masivos de la población. Por eso, los ucranianos se han quejado de que se les ha dejado solos y piden a U.E., EE.UU. y OTAN que vayan más allá de las precitadas sanciones y ayudas.

Si se consuma la invasión-ocupación de Ucrania, podemos preguntarnos si esto no será sólo el principio y la justificación de nuevas invasiones y ocupaciones, tanto en Europa (antiguas repúblicas soviéticas y antiguos países comunistas), por parte de Rusia,  como en el Extremo Oriente (Taiwan), por parte de China. En efecto, la invasión de Ucrania me ha traído a la memoria los movimientos de Hitler durante los momentos previos de la IIª Guerra Mundial: anexión de Austria, crisis de los Sudetes, ocupación de Checoslovaquia, invasión de Polonia,... sin que las potencias europeas del momento (Francia, Italia y Reino Unido) movieran un dedo. Por eso, si Putin sigue en sus trece y consigue su objetivo, me pregunto también si no podemos esperar lo peor: el crujir y el rechinar de dientes entre aquellos que no hicieron nada eficaz para impedirlo. Y, entonces, a EE.UU., a la Unión Europea y a la OTAN habrá que recordarles el poema del pastor luterano Martín Niemöller, “Los indiferentes, que adopto y adapto para la ocasión: primero, vinieron por Ucrania; luego, por las repúblicas bálticas; más tarde, por Polonia y Rumanía;… Y cuando vinieron a por vosotros, no había nadie para protestar y defenderos.

Ante el abandono de los ucranianos por parte de “los indiferentes”, es obligado preguntarse si Occidente (y, en particular, la Unión Europea) no ha olvidado sus raíces grecolatinas y la pertinente y disuasoria máxima latina, atribuida erróneamente a Julio César y que reza así: “Si vis pacem, para bellum” («Si quieres la paz, prepara la guerra»). En efecto, en el actual contexto de la globalización, en el que varios gallos (EE.UU., China, Rusia y Unión Europea) se disputan el control y el liderazgo del gallinero, la Unión Europea ha olvidado la máxima romana y ahora está al albur de cualquier desalmado, como Vladímir Putin. Y el futuro no pinta nada bien, si no se rectifica, nunca mejor dicho, el tiro.

En estos momentos, al haber visto las orejas al lobo, algunos países occidentales han empezado a caerse del guindo. Es el caso de Alemania que acaba de anunciar que va a invertir 100.000 millones de € y que va a aumentar el presupuesto de defensa por encima del 2% del PIB, para modernizar sus obsoletas fuerzas armadas. O de la propia Unión Europea, que piensa en dotarse de una defensa propia. Nunca es tarde para rectificar ni para aprender. Esto es cosa de sabios. Pero no, el caso del Dr. “Cum Fraude”, el veleta e indocumentado Pedro Sánchez, que declaró de “verbo ad verbum”, en  octubre de 2014: “falta presupuesto contra la pobreza y la violencia de género… Y sobra el Ministerio de Defensa”.

Ante lo que está pasando en Ucrania, es obligado preguntarse también para qué sirven la ONU y la OTAN y qué están haciendo. ¿La ONU no se creó precisamente para que los conflictos entre países se dirimieran mediante el diálogo y la negociación y nunca más mediante la guerra que, como escribió Victor Hugo en Los Miserables, es siempre declarada por los ricos y en la que mueren los pobres? Además, si el diálogo no es eficaz y suficiente para hacer entrar en razón a los políticos descerebrados, psicópatas, déspotas, narcisistas,…, que son más numerosos de lo que parece y que llevan a sus pueblos al matadero, ¿no están los “cascos azules” para evitar la guerra y defender a la población civil?

Por su lado, la OTAN, según el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, no tiene la obligación de intervenir para defender a Ucrania, ya que ésta no es miembro de la misma. Ahora bien, eso no quiere decir que no pueda o no tenga que intervenir. En efecto, si mi vecino Miguel, citado “ut supra”, o su mujer, Pilar, o un desconocido es víctima, en nuestra presencia, de una agresión física o sexual, lo lógico, lo humano, lo decente, lo ético es salir en defensa del agredido, aunque uno pueda recibir la peor parte, como le pasó al “héroe español del monopatín”. ¿O acaso  hay que adoptar la actitud de “voyeur” y permitir que se consuma la agresión, y la víctima sea rematada?

Ahora bien, por sus actos, estamos conociendo la catadura de los países de la UE, de la ONU y de la OTAN. Están arrastrando los pies, parece que están adoptando la solución del “sálvese quien pueda”, pretendiendo nadar y guardar la ropa ante la agresión de Putin a Ucrania, preocupados más por la  realpolitik” (sus propios intereses políticos, económicos y comerciales) que por el respeto de la legalidad y de los valores y principios de nuestras raíces grecolatinas. Por eso, podemos preguntarnos, finalmente, si la Unión Europea va a vender el honor, la virtud y los precitados valores por un plato de lentejas (gas, petróleo, trigo, maíz y ciertos minerales estratégicos). Si lo hace, habrá que recordarle las palabras que Churchill dirigió a Chamberlain, cuando éste informó en el parlamento británico del acuerdo de Munich:Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y ahora tendréis la guerra”.

Demasiadas preguntas, a las que habría que dar una respuesta, ente la queja y el grito de los ucranianos: “¡¡¡Nos han dejado solos!!!”.

© 2022-Manuel I. Cabezas González 
www.honrad.blogspot.com 
Publicado también en El Confidencial Digital, La Mar de Onuba, Las Voces del Pueblo, InfoHispania, La Voz Ibérica, El Correo de España, Diario Abierto, VegamediaPress, Catalunya Press, Insurgencia Magisterial, Diario de Valderrueda, Liverdades, Bembibre Digital, Diario 16, Off  The Record, La Tribuna del País Vasco, Noticiero Universal, El Correo Gallego, Periódico El Buscador y Alerta Digital.
3 de marzo de 2022

 

3 comentarios:

  1. Acertado artículo.

    Estas son mis reflexiones sobre el conflicto. Puede que no tenga razón, no lo sé. Es un intento de ver las cosas con imparcialidad, aunque en este caso la imparcialidad es imposible, puesto que hay un invasor al que la mayoría condenamos.

    Todos tienen sus razones (OTAN, EEUU, Europa, Rusia), pero ninguno tiene la razón.

    La OTAN, después de la caída de la URSS, se ha ido expandiendo por los países del Este (Hungría, Polonia, R. Checa, Bulgaria…). Ahora quería meterse en Ucrania (esta era una línea roja, según el Kremlin), más tarde en Suecia y Finlandia (mirad un mapa político de Europa y ver la posición de Ucrania).

    ¿Por qué no estarse quietos y dejar de desestabilizar a las potencias? Hoy en día las potencias tienen armas nucleares, y frente a esas armas no hay estrategia que valga.

    ¿Qué pasaría si interviniese la OTAN? ¿Viviríamos para contarlo?

    ¿Qué harías si enfrente de tu vivienda ponen a tu principal enemigo con un rifle en la mano? Si en un momento dado se le cruzan los cables te muele a balazos.

    ¿Qué hizo Kennedy cuando la crisis de los misiles en Cuba? En 1962 se instalaron misiles en Cuba por parte de la URSS y cuando se enteraron los americanos, Kennedy iba a invadir Cuba y amenazó, incluso, con una guerra nuclear. La URSS retiró los misiles y no pasó nada.

    ¿Qué pasaría si Rusia atrajese a Méjico a su órbita de influencia? Os lo digo: pasaría lo mismo que ahora está pasando con Ucrania. EEUU ejercería el papel de Rusia y Méjico el de Ucrania.

    No seamos palomas, que estamos en un mundo de gavilanes.

    P.D.: Putin es un criminal y lo que hace no tiene ninguna justificación.

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  2. Las guerras nunca son buenas en ningun sitio, lo de Rusia es una verdadera barbaridad, Pero tenemos que recordar que Siria y Palestia estan igual que Ucrania y nadie habla ni se comenta tanto.

    Todo son intereses políticos y el negocio de la venta de armas que hay detras de todo esto.

    Pienso que si la OTAN entra en Ucrania seria un error, se tiene que ahogar económicamente a Rusia, aunque afecte a su población, que posiblemente no tengan culpa tampoco de lo que su lider esta haciendo..

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  3. Me parece que la opinión de Vicente solamente hay que añadirle ¿cómo, en qué y cómo y en una acción que, aunque se la vea venir, sea todo un programa? ¿Con qué Naciones se deben contar para que estalle antes de comenzar? Comencemos por no comprarle nada, absolutamente nada, a Rusia y China.

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