sábado, 15 de junio de 2013

EL LECTOR-MARIPOSA

 
                                                                                                     El abrazo del verbo

·On n’arrête pas le progrès”, se suele repetir tradicional y machaconamente en Francia, para indicar que el progreso es inevitable y, además, algo positivo, bueno y beneficioso para los ciudadanos. A lo largo de la historia, el progreso ha sido constante en todos los campos; y, por otro lado, en el siglo XX, se ha producido a un ritmo muy rápido. Ahora bien, ¿el progreso es realmente y siempre progreso o es, más bien, un retroceso o una regresión en algunos o en muchos campos? Esta pregunta debemos plantearla a propósito de la práctica de la lectura, gracias a las modernas tecnologías de la información y la comunicación (las TIC) que, por sí solas, “no son ninguna panacea ni fórmula mágica”, según Kofi Annan. Así, ¿las TIC facilitan y potencian la lectura o convierten a los lectores en “lectores mariposa”, es decir en “analfabetos funcionales” o “neo-analfabetos”?

· La lectura, junto a la escritura, es uno de los aprendizajes fundamentales, que transforma a los seres humanos de “analfabetos” en “alfabetos”. En efecto, para el poeta Pedro Salinas*,  el “analfabetismo” (el no saber leer ni escribir) es el estado natural del ser humano. Gracias a la escuela, este analfabetismo congénito se transforma en “alfabetismo” (capacidad de saber leer y escribir). Sin embargo, este “alfabeto”, liberado del analfabetismo, puede leer o no leer. De ahí que Pedro Salinas distinga entre el “alfabeto-lector” y el “alfabeto-no lector” o “neo-analfabeto”. Éste tiene la capacidad de leer. Pero, o no practica la lectura y, por lo tanto, no lee nunca (es el caso de la mitad de los españoles, que nunca ha leído un libro, según la Federación de Gremios de Editores de España, a los que Pedro Salinas denomina “neo-analfabetos totales”); o lee muy poco y/o sólo lecturas profesionales y especializadas (“neo-analfabetos parciales”). En ambos casos, se produce una regresión, que devuelve al “alfabeto” a su “analfabetismo prístino”. Y por eso, se podría hablar de “analfabetos de ida y vuelta”: aquellos que vuelven “a vivir en los cómodos corrales de la inconsciencia, con todos los adelantos materiales modernos, condenados a perpetuidad a la segunda y definitiva ignorancia, atiborrados […] de cebo sintético, última maravilla del progreso” (Pedro Salinas).

· Llegados a este punto, debemos plantearnos, siguiendo los pasos de André Gide, tres preguntas en relación con el “alfabeto-lector” (aquel que sabe leer y lee), que él formuló así: Ante ciertas personas, uno se pregunta: ¿qué leerán, cuánto leerán y cómo leerán?”. Como precisa Pedro Salinas, no basta con ser un “simple lector”, sino que hay que convertirse en  un “buen lector”. Y además, como aconseja Mario Vargas Llosa**, hay que hacer “buenas lecturas”, que éste identifica, en gran medida, con la literatura. Para el escritor peruano, un mundo sin literatura, sin buenas lecturas, sería “una civilización ágrafa, de léxico liliputiense, en la que prevalecerían, sobre las palabras, los gruñidos y la gesticulación simiesca” […]; sería un mundo “incivil, bárbaro, huérfano de sensibilidad, torpe de habla, ignorante y ventral, negado para la pasión y el erotismo” […]; sería “un mundo cibernético […], incivilizado, aletargado, sin espíritu, robotizado, que ha abdicado de la libertad”. Hoy nos centraremos en cómo leemos, dejando para otra ocasión qué leemos, cuánto leemos y con qué provecho leemos.

· En la lectura tradicional y ortodoxa, el soporte de la misma era y  continúa siendo el papel. Esta lectura exige un tiempo, que los lectores siempre están dispuestos a invertir en esa comunicación en diferido que es la lectura. Por otro lado, los lectores, que aún no han caído en las redes de las tentadoras ofertas de ocio actuales, fundamentalmente audio-visuales, se zambullen con placer en esos mares lingüísticos que son los textos impresos en papel, para bucear en él y para dejarse abrazar y acariciar por el verbo creador. Ahora bien, esta modalidad de lectura, reposada y sosegada, parece que está pasando a mejor vida ante el empuje y la democratización de las nuevas tecnologías.

· Hoy se está imponiendo, como profetizó Bill Gate, hace algunos años, la lectura en soporte virtual o electrónico. Y esto ha hecho nacer una nueva modalidad de lectura que, como hemos anunciado ci-dessus, está transformando a los alfabetos-lectores en analfabetos funcionales o neo-analfabetos. En efecto, con los medios técnicos modernos (las TIC), el usuario de la lectura tradicional (lineal, sosegada e in extenso) está dando paso a un nuevo lector, el “lector-mariposa”, que se comporta como el caballo en el juego del ajedrez: salta de link en link, abandonando sucesivamente los textos que ha empezado a leer y practicando reiteradamente el “coitus interruptus linguisticus”, que no es nada bueno para la salud lectora. El “lector-mariposa”, como dice el estribillo de una conocida copla, es como “la falsa moneda, que de mano en mano va y ninguno se la queda”. El “lector-mariposa” inicia la lectura de un texto y, ante el guiño provocador y tentador de un link, abandona su lectura para iniciar la lectura de otro texto, sin haber consumado la lectura del primero; y así, el lector-mariposa pasa de link a link y en ninguno echa el ancla para sumergirse en ese mar de palabras que es un texto y, así, recibir el abrazo, la caricia y el calor del verbo.

· Ante este comportamiento del “lector-mariposa”, hay que formular una advertencia: esta modalidad de lectura no perjudica seriamente la ignorancia, sino que, más bien, la fortifica y la acrecienta. Por eso, como dejó escrito J. L. Borges, aunque no hay una sola manera de leer bien, sí hay una razón fundamental para que leamos: transformar la información ilimitada, que nos proporcionan las lecturas, en conocimiento y en sabiduría. Y esta metamorfosis me parece empresa difícil si sólo somos “lectores-mariposa”. Éstos son un efecto colateral  y no deseado del progreso de las TIC. Ahora bien, éstas y la lectura del “lector-mariposa” no parecen contribuir a alfabetizar ni a enriquecer al ser humano, sino que, más bien, lo desorientan y hacen que pierda el oremus.

© Manuel I. Cabezas
Publicado en Diálogo Libre, Periodista Digital, Euskadi Información Global, el debat.cat, Cerdanyola.info, El Bierzo Digital, Bottup, La Marea, Bierzo7 y Periódico El Buscador.
www.honrad.blogspot.com
10 de junio de 2013

(*) Pedro Salinas (1983), “Defensa, implícita, de los nuevos analfabetos”, in El defensor, Alianza Editorial, Madrid, pp. 255-273.
(**) Mario Vargas Llosa (2002), “La literatura y la vida”, in La verdad de las mentiras, Alfaguara, Madrid, pp. 383-402.

6 comentarios:

  1. Yo los conocia por analfabetos funcionales que son aquellos que sabiendo leer no entienden lo que leen.

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    1. Ramón,

      · Ya lo dice el clásico refrán castellano: aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

      · Por eso, "ANALFABETO NATURAL", que es digno de todo respeto y consideración, NEO-ANALFABETO, ANALFABETO FUNCIONAL, ANALFABETO DE IDA Y VUELTA, ANALFABETO TOTAL O PARCIAL, LECTOR-MARIPOSA,...., que son dignos de censura y de lástima, desiganan a aquel o a aquella que no sabe leer o que sabiendo leer no retabilizan esta competencia.

      · En la sociedad actual y sobre todo entre la casta política, los miembros de ésta y los de lo políticamente correcto son muy dados al eufemismo: esconder la realidad detrás de la expressión lingüística y esconderse ellos mismos detrás de la barricada del lenguaje. Ahora bien, esto ya no cuela entre los miembros de la RED DE BLOGS COMPROMETIDOS, ni entre los seguidores y practicantes de la doctrina de la HONESTIDAD RADICAL, que prefieren siempre y en todo lugar llamar "al pan, pan; y al vino, vino".

      · Si visitáramos las bibliotecas y las librerías como frecuentamos los bares, si abriéramos los libros con la misma facilidad y rapidez con que enciende la masa de los ciudadanos los móviles o la televisión, otro gallo nos cantaría, como ciudadanos, como personas, como padres, como hijos, como amantes, como consumidores, como profesionales, como...

      · En efecto, la lectura perjudicaría seriamente nuestra ignorancia y pondría en entredicho el estatus de privilegio de tanto desharrapado e indigente intelectual, empotrado en la casta política.

      Manuel I. Cabezas

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  2. No dejo de sentirme relativamente identificado. La verdad es que a más información y tecnología cómo soporte, más incapacidad para asumirla. Al final seremos cómo robots, recibiéndolo todo mascado, sin criterio y a expensas de lo que nuestros programadores nos quieran insertar en él. Una pena que no hace sino certificar que nuestra Evolución ha sido de nada a nada pasando por el todo.

    Un saludazo.

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    1. Estimado CS Peinado,

      · Comulgo, voluntaria, libre y razonadamente con tu punto de vista. Lo que está pasando con la LECTURA (i.e. NO LECTURA), a causa de las TIC, es la demostración de que el llamado "PROGRESO" no es tal en todo tiempo y lugar.

      · Y no quiero referirme a los problemas ecológicos o a la sobreexplotación y el despilfarro de recusos, provocados por el "seudoprogreso". O... O... O...

      Un abrazo,

      Manuel I.

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  3. Manuel, le engancho aquí la respuesta que publiqué en Debat Digital, por si no se pasa por él para ver las reacciones.
    Cordialmente,
    Juan Pérez


    No engañe, amigo Cabezas... "transformar la información ilimitada, que nos proporcionan las lecturas, en conocimiento y en sabiduría. Y esta metamorfosis me parece empresa difícil si sólo somos “lectores-mariposa”." Y aunque no seamos psiquelectores, querido amigo, es tarea ciclópea esa de convertir en sabiduría (o en conocimiento, ese hermano pequeño de aquélla)la información que recibimos a través de la lectura. El trabajo intelectual requiere de tal valentía, se necesita tanta dedicación, tanto esfuerzo para conseguir frutos, ¡tan parvos, a menudo!, que echa para atrás al más valiente. El pseudoconocimiento es fácil adquirirlo, porque no es más que la famosa "pátina" que se decía antes. Ahora bien, la saniduría es harina de otro costal. Recuerde a Yourcenar en Memorias de Adriano: Conoció la vida a través de los libros, pero solo la vida le permitió descifrarlos. Hace falta saber si todos sabemos leer la vida en general, y nuestra vida vida en particular, porque esa sí que es una lectura que nadie te enseña y que, en consecuencia, pocos se sienten motivados para aprenderla, a juzgar por lo que se lee y se oye. Magnífica carta.

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    1. Estimado Juan,

      • No me había enterado de que el texto “EL LECTOR-MARIPOSA” había sido publicado en eldebat.cat. Hoy he constatado que ha sido difundido por un gran número de medios: Diálogo Libre, Periodista Digital, Euskadi Información Global, el debat.cat, Cerdanyola.info, El Bierzo Digital, Cerdanyola Forum y Bottup.

      • No conociendo a nadie en ninguno de todos estos medios, esto indica que he abordado un tema actual, con gancho y con fundamento. Y esta repercusión constituye toda una dosis de ánimo para seguir por el camino austero y difícil de la HONESTIDAD RADICAL, alejado de lo políticamente correcto.

      • Amigo Juan, coincido con Ud. en que es una “TAREA CICLÓPEA” transformar la información en conocimiento y éste en sabiduría. Pero, como Ud. precisa, con TRABAJO, con DEDICACIÓN, con ESFUERZO, la lectura (de buenos libros y del libro de la vida) puede ser transformadora y enriquecedora; y permite hacer que el “ser animal y gregario” se convierta en un “zoón logikón, autónomo y libre”.

      • Menciona Ud. en su comentario a Marguerite Yourcenar y su Memorias de Adriano, alimento ideal y apropiado para almas que disfrutan rumiando. Por cierto, desde hace algunas semanas, empecé la relectura de esta obra, en su versión original en francés. En la primera parte (“Animula Vagula Blandula”), se encuentra el pasaje (página 30, de la versión de la colección Folio de la editorial Gallimard) al que Ud. hace referencia y que yo había destacado en mis notas de lectura.

      • Cuando el Emperador Adriano habla de los tres medios para evaluar la existencia humana, cita los libros y la lectura. Y escribe: « J’ai lu à peu près tout ce que nos historiens, nos poètes, et même nos conteurs ont écrits […]. La lettre écrite m’a enseignés à écouter la voix humaine […]. Par contre, et dans la suite, la vie m’a éclairci les livres ».

      • En la segunda parte (« Varius multiplx multiformis », p. 43), cuando habla de su origen, Adriano hace referencia, de nuevo, a la lectura y a los libros, cuando escribe: « Le véritable lieu de naissance est celui où l’on a porté pour la première fois un coup d’œil intelligent sur soi-même : mes premières patries ont été les livres ».

      • Estas citas ponen el acento en la importancia y la función de la lectura en la vida de las personas para evitar problemas y ser verdaderos ciudadanos. De ahí, la necesidad de que forme parte de nuestras vidas y de que no podamos vivir sin ella. Es mi caso.

      Un cordial saludo,

      Manuel I. Cabezas

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