Hace ya varios años, redacté y difundí dos textos sobre el compulsivo trolero y okupa de La Moncloa, Pedro Sánchez. En el primero, “Pedro Sánchez, Dr. Cum Fraude” (2020), denunciaba el plagio de su “fake” tesis doctoral, que denota que el susodicho o es un vago redomado o no sabe investigar ni redactar o ambas cosas a la vez. En el segundo, “Pedro Sánchez, psicópata yonqui del poder” (2022), describía la adicción patológica al poder, a cualquier precio, del “inquiokupa” de La Moncloa.
Hoy, desde el estricto punto de vista de esa ciencia llamada lingüística, en la que me formé y a la que he dedicado mi vida profesional, vamos a ocuparnos de verificar si es también un “alfabeto” o un “analfabeto” o un “semianalfabeto” de libro.
Las 4 reglas de una buena y cooperadora expresión lingüística
Cuando hablamos o escribimos, normalmente producimos una ristra o rosario o conjunto de frases, pero relacionadas y encadenadas entre sí. De este modo, por ejemplo, (1) “Pedro está enfermo. Me gusta el champán. Está lloviendo” no es un texto, a pesar de que cada una de las frases esté bien formada; en efecto, son simplemente frases yuxtapuestas, en las que se pasa de una idea a la otra, sin ton ni son. Sin embargo, (2) “Pedro está enfermo. Por eso, ha ido al médico. Y, en consecuencia, está de baja” es un auténtico texto; se trata de 3 frases bien formadas, interrelacionadas y encadenadas semánticamente (tienen un hilo conductor) y, además, gracias a conectores.
Ahora bien, para que el producto oral o escrito de nuestro uso de una lengua sea realmente un texto, la interrelación entre las frases no es suficiente. Por eso, para que el que habla o escribe sea considerado un “alfabeto” tiene que respetar obligatoriamente 4 reglas, llamadas “reglas de buena formación textual”.
La primera es la “regla de la repetición”: para que un conjunto de frases sea un verdadero texto es necesario que cada una de las frases repita explícita o implícitamente una parte de la información de la frase o frases que precede(n); en el caso de (2), se repite implícitamente la información “Pedro” (cf. 2, “ut supra”).
Según la segunda regla, llamada “regla de la progresión”, un auténtico texto, oral o escrito, no puede repetir sólo una información del “co-texto” (contexto lingüístico) que precede; cada una de sus frases tiene que aportar informaciones nuevas para que el texto avance, progrese. Así, (3) “Al comer, Pedro hace ruido. Pedro, al comer, hace ruido. Pedro hace ruido al comer” no es un auténtico texto, ya que no se respeta esta segunda regla y repite siempre la misma información.
La tercera regla, la “regla de la relación”, postula que las relaciones que establecemos lingüísticamente, al hablar o escribir, deben corresponder a auténticas relaciones en el mundo extralingüístico, real. Así, en (1), cf. “ut supra”, las relaciones semánticas entre las tres frases no corresponden a nada en el mundo real; son incongruentes, incompatibles, no-pertinentes. Y, por lo tanto, no constituyen un verdadero texto.
La cuarta y última, la “regla de la no-contradicción”, explicita que no podemos afirmar algo en un texto o una frase de un texto y verbalizar lo contrario en el siguiente o siguientes textos o frases. Así, por ejemplo, (4) “E. Lluch fue asesinado por ETA en 1999. Hoy es profesor en la U.B.” tampoco es un texto, ya que verbaliza dos contenidos semánticos contradictorios.
Blanco y en botella
Basta con consultar la hemeroteca para constatar que la casta política, en general, no respeta la “regla de la no contradicción”. Por eso, al mentir y contradecirse continuamente, sus palabras se las lleva el viento y son papel mojado.
Este comportamiento forma parte de su ADN. Y, en particular, forma parte del ADN del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el Dr. Cum Fraude, redomado maestro en el arte de mentir, sin ruborizarse, sin inmutarse. Algunos medios han cuantificado sus mentiras desde que él, el “Rey del Bulo”, increpó a Rajoy, en un debate de 2018, con la mentira: "los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta”. Desde entonces, algunos medios han cuantificado unas 600 mentiras; otros, unas 300; y okdiario, 52 grandes mentiras.
Y sus bulos son propalados, como loros o papagayos, por sus sumisos peones del Gobierno o del PSOE. Ahora bien, cuando se les recuerda y se critica la cascada de mentiras que, desde hace años, ha verbalizado el okupa de la Moncloa, tanto él como sus voceros llaman “cambio de opinión” el hacer lo contrario de lo dijo que iba a hacer o que no iba a hacer. La contumacia en los cambios de opinión por parte del okupa de la Moncloa nos autoriza a recordarle la cita de Cicerón que, en su día, Felipe González le endiñó a Zapatero ante sus constantes bandazos: "Rectificar es de sabios y de necios tener que hacerlo a diario”; o aún peor “permanecer en el error”, remataba Cicerón.
Sobre la base de la cascada de mentiras rastreadas en la hemeroteca o la sonoteca, debemos concluir, desde el punto de vista lingüístico, que el Dr. Cum Fraude no sabe expresarse lingüísticamente, al no aplicar la “regla de la no contradicción (cf. “ut supra”). Por lo tanto, blanco y en botella, lo que dice no tiene ningún sentido, no tiene ningún valor y, por eso, se puede y se debe afirmar que el inquiokupa de la Moncloa es un semianalfabeto en toda regla: “medio” o “casi” (cf. “semi-“) analfabeto, por el uso que hace del lenguaje.
Ahora bien, los analfabetos o semianalfabetos son legión en España. No debemos olvidar que los que escuchan y votan a Pedro Sánchez (casi 8 millones de “votontos”) no tienen capacidad de análisis y están ciegos y sordos, ya que tienen mucha ideología y muy poca o ninguna biblioteca, como le gusta decir a A. Pérez-Reverte. Además, como dijo también Jovellanos, “la ignorancia siempre es ciega. No conoce el bien para seguirlo, ni el mal para evitarlo”. Por eso, se tragan sus mentiras y lo siguen votando ciegamente. Así se juntan el hambre con las ganas de comer. Y todo esto es posible con la necesaria y vergonzosa colaboración coadyuvante de los mamporreros medios de comunicación y de los periodistas “ensobrados” y “apesebrados”.
© 2024 - Manuel I. Cabezas González
Dr. en Didactología de las Lenguas y de las Culturas
Profesor de Lingüística Francesa y de Lingüística Aplicada en la UAB
Publicado también en Diario de Santiago, Off The Record, Alerta Digital, Insurgencia Magisterial, La Paseata, Revista Rambla, Catalunya Press, La Tribuna del País Vasco, Las Voces del Pueblo, Diario 16, Periodista Digital, ÑTVEspaña, El Confidencial Digital y Voz Ibérica.
6 de octubre de 2024
Manolo si usas en tus artículos referencias de esa mierda que es Okdiario y quienes escriben en él, te vas a intoxicar.
ResponderEliminarPor otra parte, creo que el límite de la estulticia politica y universal la ostenta la "TONTA" entre los más acémilas con carrera, incluso analfabetos.
Espero que un día nos aportes tu sabía opinión.
Anónimo (sin nombre), descarado (sin cara) y desalmado (sin alma) de las 22:57:
Eliminar· Para empezar quítate el burka, que no es bueno para la calidad lingüística de las producciones y de las interacciones de los internautas. En efecto, el tirar la piedra lingüística y esconder el nombre tras el burladero gallináceo del anonimato permite no cuidar ni mimar lo que se dice ni el cómo se dice.
· Después de este introito, quiero precisarte que hay “mierda” en todos los medios, especialmente en los “ensobrados” y “apesebrados”, a los que no te refieres. Y esto es posible porque los periodistas están vendidos a los que les dan de comer: no están al servicio de sus lectores, como debería ser, sino a los políticos que están en el poder.
· En mi texto doy un link de okdiario, donde se enumeran telegráficamente hasta “52 grandes mentiras” de la forma siguiente: “En… (fecha), Pero Sánchez dijo que haría o que no haría…; en … (fecha posterior), Pedro Sánchez dijo o hizo lo contrario: …”. Y así hasta 52 veces. Si esta recuperación de la hemeroteca es “mierda”, a mí me gusta la “mierda”.
· Dicho esto, tengo que confesarte que no comprendo lo que has intentado decir en el segundo párrafo y la última frase de tu deslavazada prosa. ¡Cuida más lo que dices y cómo lo dices! Si abandonas el anonimato, esto te ayudará.
Un cordial saludo.
Manuel I. Cabezas (9 de octubre de 2024)
Enhorabuena una vez más por tu artículo, en el cual solo se encuentran verdades.
ResponderEliminarCoincido plenamente, brillante artículo.
ResponderEliminarUn vulgar doctor fake, chulo patologico de manual e ignorante en toda regla. Todo el mundo se rie de Espana y no sin razon cuando se oye y ve a Sanchez...
ResponderEliminarEl no-economista presi-dientes que rezuma vulgaridad por los cuatro costados.
EliminarVulagaridad, ignorancia y chuleria como politica.
EliminarSanchez tiene una fobia mayor a la oficina del Empleo y Tele-Pizza que su adicción patológica al poder. Y es de entender cuando se le oye hablar y se mira su pseudo-cv.
ResponderEliminarPedro Sánchez podría tener "porte, presencia", su estatura y figura le acompañan pero, lleva consigo, emn su modo de andar y expresarse uas formas "dejadas"; algo así como si no fuese a ningún sitio serio. Sobre el resto (lo que dice y su relavión sus hechos, etc..."vivir para ver".
ResponderEliminarChristophe André, psiquiatra: “En nuestra sociedad, los extrovertidos, los dominantes y los narcisistas tienen el poder”. El Pais (12/10/24)
ResponderEliminarEspaña no te quiere, Spagna non ti ama, dimettiti, dimite, desaparece
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