martes, 1 de noviembre de 2011

CARTA ABIERTA A ESOS EX-CLEPTÓMANOS MÍOS DE “LA CAIXA”*




Estimados ex-cleptómanos míos:

· Desde hace unos 30 años y en mis relaciones con el vil metal, nunca he olvidado la primera frase de un artículo de la revista francesa “Elle”, que rezaba así: “L’argent c’est comme les femmes: ou vous vous en occupez ou quelqu’un s’en occupe” (El dinero es como las mujeres: o tú te ocupas o alguien se ocupa de él y de ellas). Por eso, creo que —en el campo crematístico— ser fiel a una entidad financiera y confiar ciegamente en ella es hacer el primo.

· Les he dado esta cita para contextualizar y para  recordarles, una vez más y hoy por escrito, que estoy muy descontento, decepcionado, contrariado, insatisfecho y frustrado con los servicios que da "la Caixa" y que pagamos, religiosamente y con creces, sus víctimas propiciatorias. Por eso, después de 30 años, he cambiado la domiciliación de la nómina y de todos mis recibos, he hecho que mis ahorros emigren hacia otros caladeros, he anulado mis tarjetas y no he renovado dos seguros-vivienda, que tenía concertados con Uds. Y además de esto, me he dedicado a dar a conocer y a difundir, entre mis amigos y conocidos, la política depredadora, rapaz y usurera de "la Caixa". Y en el momento propicio,  como le anuncié en su momento por carta al Director General de “la Caixa”, haré lo mismo en el blog "Honestidad Radical" y en los medios de comunicación.

· Les digo todo esto, para que tomen nota y no me vuelvan a enviar ningún correo** (cf. link, infra) falaz y artero más. Conmigo, "la Caixa" ya no tiene nada que ganar y menos aún que robar. Por eso, les digo, como Jesucristo al taimado tentador: “¡Vade retro, Satana-Caixa!” (Marcos, 8:33).

· Aquí les adjunto la dirección de mi blog "Honestidad Radical" —por cierto, muy frecuentado—: honrad.blogspot.com. En su momento, les dedicaré también, en sus páginas virtuales, alguna reflexión, tanto a "la Caixa" como a las demás entidades financieras, que forman parte del sindicato de los ladrones de cuello blanco de esas modernas cuevas de Alí Babá, que son las entidades bancarias.

Como lo cortés no quita lo valiente, reciban Uds., ex-cleptómanos míos, un cordial saludo,

Manuel I. Cabezas González
1 de noviembre de 2011
Publicada también en periodicoelbuscador.com.

 (*) Esta carta abierta es la respuesta al correo que recibí, via Internet,  el 26 octubre de 2011.

1 comentario:

  1. UN VISITANTE ASIDUO DE "HONESTIDAD RADICAL" ME PIDE QUE CUELGUE, SIN DAR SU NOMBRE, EL COMENTARIO SIGUIENTE:

    Robar es el nuevo orden. No hay que olvidarlo.

    Y hay que hacerlo con denuedo, cicatería, sistemática y contundentemente.

    Cuando a uno le roban, es que le quitan, aunque lo que en verdad se siente es como si le dieran por detrás.

    Primero es una comisión, luego un descubierto inexistente y por último, una hora de tu tiempo frente a una cola, luego un empleado y mucho mas tarde fin un subalterno con problemas de acné. Por fin y frente a la súplica (no hay que olvidar que frente al dinero se pierde la honorabilidad) un director condescendiente, (no puede hacerlo otro) te quita los apuntes negativos de la libreta. No te abonan, eso no, el tiempo que has perdido, y aún parece que tengas que dar las gracias cuando te ofrecen el infecto caramelo de color ¡ azul !

    La Caixa es así. Yo lo sé porque tengo en ella más de ochenta cuentas por las razones de mi negocio.

    Ellos viven de mí. Yo los alimento y sustento.

    En esta relación de odio por mi parte y amor por la suya, me he vuelto vago y he acomodado mi devenir bancario a lo que Dios quiera, a lo que La Caixa mande. Por eso ya os anuncio que aceptaré el reloj que me ofrecen por los puntos de mi tarjeta.

    Y es que me imagino cambiando de banco otra vez, con las carpetas por la calle, domiciliando miles de recibos y respondiendo a mil preguntas sin sentido. No. No volveré a pasar por esto. Esperaré tranquilamente mi jubilación y luego será cuando haga detonar la bomba.

    Porque aquí donde me veis, yo también puedo ser un terrorista bancario peligrosísimo, un asesino de directores nocturno o un dinamitero de centrales bancarias.

    Me gustaría publicar esta opinión, aunque sin mi nombre. Sólo me faltaría ahora que, por ejercer mi derecho de pensamiento, fuera censurado o barrido por este sunami bancario que es La Caixa.

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