“MENS SANA IN CORPORE SANO”*
· “Mente sana en cuerpo sano”, esta máxima de Juvenal forma parte de una plegaria a los dioses y se encuentra entre los últimos versos de su décima sátira (Saturae X). Con ella, el poeta romano les implora que le concedan un espíritu y un cuerpo en equilibrio. Conseguir esto es darse calidad de vida y brindarse a uno mismo un auténtico bienestar físico, emocional y mental, que no está basado en la posesión de riquezas materiales.
· Traigo a colación esta máxima porque me da la impresión de que los galenos de los ambulatorios de Cerdanyola del Vallès han hecho muy bien su trabajo y han sido eficaces vicarios de los dioses, convenciendo a los ciudadanos de nuestro municipio para que cultiven la salud mental (mens sana) y corporal (corpore sano). En efecto, a lo largo de todo el día y todos los días del año, centenares de ciudadanos de Cerdanyola hacen uso y disfrutan del Parque de la Riera, sito en el barrio de Canaletes, para hacer ejercicio físico (“corpore sano”) y para confraternizar-comunicar entre ellos (“mens sana”). Según la hora del día, deambulan por el parque: ciudadanos de la tercera edad, que dan sus paseos cotidianos, bien de mañana; padres, madres e hijos, que se oxigenan después de la jornada escolar; adolescentes, que se inician en el cortejo amoroso, al caer la tarde; jóvenes y ciudadanos maduros que, a lo largo de la tarde, se dedican a moldear sus músculos y a esculpir sus cuerpos; ciudadanos, de todo tipo y condición, que pasean a sus mascotas;…
· A pesar de este constante hervidero de gente en el Parque de la Riera, tengo que decir que el citado parque, contradiciendo las promesas y los deseos de la ex-Teniente Alcalde de Urbanismo y Medio Ambiente (Sra. Laura Martínez Miragall), adolece de deficiencias, que deberían ser subsanadas para que el citado parque pueda continuar contribuyendo a asegurar una “mens sana in corpore sano” en la ciudadanía de Cerdanyola. Por eso, quiero dejar constancia de que el Parque de la Riera no ha recuperado su funcionalidad y esplendor pasados y deja mucho que desear, después de las obras de mejora (instalación de una nueva tubería de acero) para el abastecimiento de agua de boca.
· Sin ánimo de ser exhaustivo, he aquí algunas de esas deficiencias, para que las nuevas autoridades municipales (que son las viejas) se pongan manos a la obra:
1. El firme del camino central del parque es irregular, herido por los reguerones provocados por la erosión, cada vez que llueve, debido a que las cunetas del camino han sido mal diseñadas y no están labradas. Además, es polvoriento: el paso de grupos de ciclistas o de coches hace que el aire sea irrespirable; unas capas de grava y arena parecen absolutamente necesarias.
2. Vandalismo contra el mobiliario (muchos de los bancos han sido el blanco de los actos incívicos de algunos ciudadanos) y las señales informativas del parque.
3. Todos los accesos al parque o están degradados por las erosiones periódicas causadas por la lluvia o no son funcionales 0 no son suficientes: frente a las calles del Boix y Gatosa, el paso habitual de los vecinos ha trazado y labrado dos entradas, que no reúnen las condiciones de seguridad necesarias.
4. El estado de las zonas verdes es de abandono casi total: las hierbas salvajes y la vegetación necesitan rasurados más frecuentes.
5. El parque es el paraíso de los perros sueltos, que corretean libremente y hacen sus deposiciones en cualquier lugar, sin que sus amos recojan siempre los “regalitos” que van dejando.
6. En un extremo del parque (entrada por la calle Josep Llimona), están desperdigados, sin orden ni concierto, 8 bloques irregulares de piedra artificial, que esperan una ubicación funcional y definitiva.
7. La iluminación de de los caminos de acceso al parque brilla por su ausencia: las luces o están apagadas o están fundidas o hay una avería general.
8. No se ha repuesto toda la vegetación, anterior a las obras en el parque.
9. En la calle del Boix, que conduce al parque y por donde pasan muchos de los usuarios del mismo, hay una farola cuyo globo luminoso (de cristal) está roto y puede caer en cualquier momento sobre algún viandante o sobre los vecinos que van a depositar los residuos en los contenedores de vidrio o de papel o de plástico o de materia orgánica.
10. La valla de separación (compuesta de pilones de madera y cables de acero), entre la calle Collserola y el Parque de la Riera, hace lustros que está degradada y que necesita una restauración urgente.
· No quiero ser más prolijo en esta enumeración de deficiencias del Parque de la Riera. Espero que las autoridades municipales tomen conciencia de las mismas y las subsanen diligentemente. La “mens sana in corpore sano” de los ciudadanos de Cerdanayola lo pide y lo exige. De todas formas, me llama poderosamente la atención que el Segundo Teniente Alcalde del Ayuntamiento, F. Ortiz Herrera, que vive en el barrio de Canaletes y que hace un uso frecuente del Parque de la Riera, haya estado tan ciego como para no ver lo que acabo de enumerar o haya sido tan indolente a la hora de subsanarlo.
Manuel I. Cabezas González
m.ignacio.cabezas@gmail.com
19 de septiembre de 2011
Publicado en Cerdanyola Info., A Fons Vallès, Cerdanyola al Dia y Tot Cerdanyola.
(*) Este texto, centrado en una realidad municipal de Cerdanyola del Vallès (Barcelona), podría describir, por analogía, la gestión de la casta política en cualquier otro municipio.
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